1 – Saborear la oscuridad
Saborear la oscuridad.
Tocar la ausencia.
Sentir la nada.
Ver la luz escaparse entre los dedos
y gritarle al tiempo que se quede,
que no se vaya,
sollozando,
aterrado.
Mirar hacia arriba y verte;
clavar mis ojos en Ti
y pedirte, como un niño encaprichado,
que me des lo que te pido.
Y en ese mirar tuyo,
quieto y silencioso,
verme
y
aprender a amarme.
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