Notoriedad eclesial (Mc 1,40-45)
Cómo nos gusta tener notoriedad. A mí el primero, Señor. No pasar desapercibido. Tener algún pequeño momento de gloria. Ser reconocido. Es como si lleváramos en las venas el gustillo por ser mejores que otros, por ser más poderosos e influyentes. Tú eras el Mesías y nos enseñas de qué va esto. Por eso te […]