Al que tiene se le dará (Lucas 8, 16-18)
Esta última frase del Evangelio de hoy me parece muy exigente y muy dura. Jesús no se anda con medias tintas y no le gustan los que juegan a medias, los que «sí pero no», los que «tampoco es para tanto», los que se creen buenísimos pero viven acomodados en el mundo juzgando y condenando al resto…
Jesús quiere cristianos, seguidores, que cambien, que transformen, que produzcan. Quiere seguidores que den testimonio activo, que cambien vidas, que interpelen por su manera de vivir. Quiere seguidores dispuestos a coger su cruz y seguirle porque no hay otro camino. Desconozco si compensa. Bajo la mirada cortoplacista del mundo… desde luego que no compensa. Pero Jesús promete más…
Yo lo voy a intentar…
Un abrazo fraterno
Yo también quiero intentarlo y, algunas veces como ahora, tengo momentos de una tremenda flaqueza y dudo, no de Dios, por supuesto, sino de mi.
Me dan entre pena y envidia algunas personas que conozco que viven en un «buenismo» esperanzador. No sabría explicártelo pero en ocasiones me gustaría ser como ellos y pensar que si soy fiel todas las cosas de este mundo me van a salir genial. Sin embargo, experimento el «al que tiene se le dará» como: si tienes problemas no te preocupes, tendrás más.
Como verás estoy un poco baja, aunque reconozco que no me puedo quejar, demasiado bien me va todo, pero problemas no me faltan.
Hace unos días leía un texto de san Agustín dirigido a los malos pastores que prometen a sus fieles que todo va a salir bien.
Pero… estoy convencida de que compensa.
Lo intentaremos ¿vale?
Un abrazo