Así tendréis ocasión de dar testimonio (Lucas 21, 12-19)
A veces nos echamos las manos a la cabeza porque nos sentimos perseguidos, desdeñados, separados… vemos como nuestra fe, nuestras costumbres, nuestra religión, que antaño era importante para el Estado, ha dejado de calar tan fácilmente entre las personas y pasa a ser algo demasiado «raro». Pero Jesús ya nos advirtió de que esto pasaría: en lo personal y en lo social. El mensaje evangélico y su radicalidad genera controversia y persecución. Pero como Él dijo: ahí tendréis ocasión de dar testimonio. Desde mi punto de vista ésto no significa abanderarnos en las banderas ultras y poco dialogantes sino más bien al contrario: estar más contentos, radiantes, felices y bien perfumados que nunca. Ver el momento como una ocasión para replantearnos cosas, acercarnos a los hermanos que no piensan como nosotros, hablar de Buenas Noticias y sentir en lo más profundo de uno que Dios está contigo.
¿De verdad es tan horrible lo que pasa hoy en día?
Un abrazo fraterno
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