Carta al que inventó las REBAJAS
Apreciado alguien,
¡esto es un auténtico infierno! ¡Las REBAJAS son un invento del diablo! Inaguantable, desesperante, borreguil…
Ahora que ya me he desquitado a gusto tal vez mi cerebro pueda argumentar con más soltura las razones de esta explosión… Ayer estaba solo con mi hijo de 2 años. Decidimos a las 7 de la tarde que estaría bien irnos al Tres Aguas, centro comercial que hay a la entrada de Alcorcón. Es un centro que nos gusta porque es grande, tiene calidad y buen gusto en sus comercios y dispone de varios elementos que hace que el niño se lo pase bien allí: coches, área infantil… Bueno, nos montamos en el coche y ya en la salida de Alcorcón-A5 el atasco era importante. Desde luego no me lo esperaba. Un sábado ¡a las 7 de la tarde! no hay jaleo para entrar en Alcorcón… ¡Nos llevó casi una hora llegar al Tres Aguas! Y ya caí… ¡LAS REBAJAAAAAAAAAAAASSSSSSSSSSSS! ¡NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO! La marcha atrás era imposible por lo todo lo bien que le dije al niño que nos lo íbamos a pasar. Me llamé de todo en ese instante. Sólo a mi se me ocurre no pensar en las rebajas. ¿En qué estaría yo pensando no pensando en las rebajas! Más de 20 minutos para aparcar, el centro comercial parecía un hormiguero, el niño no se pudo subir en los abarrotados coches… ¡Un fraude! Me las apañé para que él disfrutara un poco pero volvimos pronto a casa. ¡Que estrés! ¡Después decimos que estamos estresados! ¿Nadie tiene otra cosa mejor que hacer que pasar un sábado por la tarde metido en un centro comercial con otro millón y medio de personas en un ambiente irrespirable? Supongo que la gente irá a comprar cosas muy necesarias, imprescindibles. Aunque algo debe pasar para que sigamos comprando los de siempre, los que pocas rebajas necesitamos, porque yo seguí viendo hoy a los mismos pobres de siempre con la misma ropa de siempre… Total, ¡que las rebajas tampoco deben ser para tanto! A ver si lo perfecciona un poco.
Se nota que no suelo participar de su invento, ¿verdad? ¿Necesario? Puede… Pero terriblemente ordinario. Lo siento. Es como para meterse en casa y no salir.
Por cierto… ¿para cuándo las rebajas en las hipotecas? Si es que…
Un saludo
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