Hubo gran alegría (Hechos 8, 1-8)

Leo la lectura de Hechos y reconozco momentos dificultosos de la Iglesia recién nacida. Momentos de persecución. ¿Hoy? Pues hombre, podemos hablar de grupúsculos de intransigentes, de conatos de desprecio a alguna religión… pero no son comparables… Estamos muy acomodados y reaccionamos con estupor ante la menor dificultad. Hemos crecido en horas buenas y a la mínima que se nos tuercen un poco… saltamos como conejos aquí en España. Que yo no digo que no haya que luchar por los derechos y el respeto pero también creo que la dificultad y la «persecución» pueden ser vías de purificación…

De todas maneras, lo que me llama más la atención de la Palabra de hoy es el final de esa lectura de Hechos, cuando cuenta los milagros de Felipe, sus signos y su consecuencia: ALEGRÍA. Donde está Dios, allí hay alegría. Cuando Dios se manifiesta trae alegría. Un cristiano debe ser alguien ALEGRE. Y cuando no hay alegría… nubes en el horizonte…

No todos mis días son iguales y aunque me considero una persona alegre, optimista, vital y estable emocionalmente… hay días en los que uno se vive con alegría y otros en los que uno consume el día sin ninguna satisfacción especial. la alegría suele aparecer en días de trabajo bien hecho, de tiempo con las personas que quiero, días de lectura u oración, días en los que estoy centrado y hago lo que tengo que hacer y llevo el timón… Los otros… bueno… son esos días en los que uno se deja llevar y, la verdad, no son tan alegres. Son esos días en los que miras a Dios un poco de refilón.

Un abrazo fraterno

Mi fortaleza (Salmo 30)

Siempre he sentido que Dios es mi fortaleza. Es algo diferenciador. En Dios me hago fuerte. Sabiéndome hijo querido veo mi vida de manera positiva. Recordando que se me ha dicho que si lucho por el Reino, lo demás de me dará por añadidura… planteo mi vida con unos parámetros que sostienen con fuerza mi estructura vital, reducen mis temores y me permiten afrontar cada día con un alto grado de despreocupación.

Sí. Yo siento que mi fe, mi Dios, es mi fortaleza. Y actúo sabiéndome fuerte.

Un abrazo fraterno

Su rostro era como el de un ángel (Hechos 6, 8-15)

Creo que siempre que aparece esta lectura entre las elegidas para un día me llama la atención este detalle de la presencia de Esteban. Esteban es un hombre de Dios, justo y bueno. Esteban predica el Evangelio de Jesús con sabiduría y hace signos y prodigios en su nombre. Esteban es arrestado. Esteban comprueba que las acusaciones contra él son falsas, ¡todo mentiras! Y el rostro de Esteban refleja… ¿Ira? ¿Enfado? ¿Desesperación? ¿Tristeza? ¿Venganza? ¿Preocupación?… Quien mira a Esteban es atraído por la luz y por la paz que desprende su rostro. Dicen que parecía un ángel…

¿Cómo es eso posible Padre? ¿Cómo mantener la calma ante la injusticia? ¿Cómo mantener la paz ante una muerte violenta basada en mentiras? Reconozco que es un misterio para mi. Y me acerco a él con respeto. Quiero contemplarlo…

Un abrazo fraterno

Luchar contra Dios (Hechos 5, 34-42)

¡Qué sabio Gamaliel! Si es cosa de hombres, desaparecerá, si es de Dios… no podréis nada contra ello. Yo creo que hay que aplicarlo a lo personal también. ¿Nunca habéis tenido la sensación de que el universo conspira, como diría Paulo Coelho, para que algo salga, para que un camino sea tomado? Es como si todo soplara hacia un lugar de manera inexplicable. Yo sí he tenido esa experiencia muchas veces y procuro dirigir mi vida con la certeza de que si no le pongo demasiadas trabas a Dios… el barco irá navegando poco a poco hacia buen puerto.

Y leyendo este trocito de Hechos también me queda una tranquilidad: lo que no es de Dios, finalmente perece. Antes o después. Con poco o mucho daño creado. Pero perece. A mi me infunde paz.

Este fin de semana lo pasaré fuera con los niños y Esther. Ya os contaré a la vuelta. Merecido descanso en un pueblecillo de Valladolid.

Un abrazo fraterno

Muchas son las desgracias del justo (Salmo 33)

Cuando uno hace determinadas apuestas, evidentemente, asume determinadas renuncias. Elegir un camino, si se hace de manera coherente, conlleva renunciar a otros.

Miro mi vida y veo que mis elecciones han tenido consecuencias. Y aunque puedo decir que no he vivido una desgracia como tal sí es verdad que cuando vives tu vida apostando por el Evangelio, por la Verdad, por tu verdad, por aquello en lo que crees y además lo haces falto de certezas y seguridades… la vida, pues, se complica un poco… o un mucho…

Este versículo del salmo me parece ajustado a la realidad de un seguidor de Jesús. Pero me quedo con su segundo parte: el Señor lo libra de todas. Y es verdad. Las cosas salen, los caminos llegan, el Espíritu sopla y los milagros se obran.

Un abrazo fraterno

Se ha malogrado vuestra adhesión a la fe (I Corintios 15,1-8)

Ya estamos de vuelta de Roma y éste humilde rincón vuelve por sus foros que es para lo que fue creado.

En Roma me encontré con la noticia de que Bin Laden había sido asesinado y que el mundo occidental celebraba con alboroto la operación secreta americana y su desenlace. Escuché en Roma el comunicado de prensa del Vaticano al respecto y pude leer también a través de internet las primeras reacciones de políticos, personalidades… y bloggers católicos… Me he quedado de piedra. Desde el presidente Alán Gacía diciendo que la mano del Beato Juan Pablo II estaba tras el suceso, hasta la alegría de Ussía que casi brinda con champán, hasta las críticas de Cigoña al P. Lombardi por el comunicado del Vaticano… En fin… no sé… que viene al pelo la primera lectura de hoy y la advertencia dura de S. Pablo a propósito de desvirtuar el Evangelio.

La pregunta es clara: ¿Qué haría Jesús?

¿Qué hizo Jesús con Barrabás? ¿Qué hizo con los que le detuvieron? ¿Qué hizo con Herodes? ¿Era acaso un tonto buenista? ¿Era un imbécil ingenuo? ¿Era un utópico pacifista? ¿Os lo imáginais enarbolado en una bandera yendo a celebrar el asesinato de Bin Laden a las torres gemelas? ¿Os lo imaginais clamando venganza? ¿Os lo imaginais…? Sinceramente, yo no.

Creo recordar que el momento de mayor «violencia» de Jesús fue su apaleamiento a los mercaderes del templo y su ataque a aquellos que se gloriaban de ver después de dar la vista al ciego. Desde luego, da que pensar…

Un abrazo fraterno

Roma (4) – Vatican Bloggers Meeting y los últimos tweets del Espíritu

Supongo que cada uno de los que participamos en el encuentro de bloggers ayer en el Palazzo Pio X del Vaticano escribiremos una crónica distinta. Seguramente esto es así porque cada uno somos únicos, como personas y como bloggers. Cada uno habrá venido con unas expectativas y saldrá con un feeling y unas conclusiones muy matizadas en lo personal. Para los que, como yo, tenemos un blog pequeñito y personal lo de ayer fue una gran experiencia, enriquecedora y profundamente inspiradora.


Llegué al Palazzo Pio X junto a Dani Pajuelo, religioso marianista al que ya conocía anteriormente. Fue toda una sorpresa y un placer comprobar que ambos estábamos en el grupo de los afortunados. Comimos juntos y juntos hicimos el camino hasta el encuentro. No sé si nuestra cara de blogger nos delata pero enseguida nos fuimos encontrando unos a otros. Encontramos a Alfonsus y a Antonio Spadaro SJ y, poco a poco, al resto: a Julio, a Mayra, a Antonio, a Wagner, a Eloi… Ya en la calle, cortando Via Dell’Ospedale, la actividad bloguera era desenfrenada. Nadie estaba dispuesto a dejar pasar una ocasión como aquella: había que contactar, hablar, conocer, poner cara… a la mayoría.

Tras el correspondiente control de entrada y posterior recogida de la acreditación, entramos en una sala de congresos grande, espaciosa, amplia. Todo preparado. Amplias mesas preparadas con tomas eléctricas, micrófonos,etc. Nos sentamos juntos Dani, Eloi y yo y procedimos a encender nuestros ordenadores, conectar con la wifi disponible e ir a buscar los traductores simultáneos… ¡La primera vez en mi vida que me engancho un traductor simulténao! La sala era un bullir de personas, de ideas, de sentimientos, de tweets que empezaban a inundar la red bajo el paraguas del #vbm11. Me llamó la atención la cantidad de prensa que cubría el evento. Periodistas franceses, vaticanos, americanos… hacían gala de un buen uso de las nuevas tecnologías para retransmitir en directo el evento vía internet. Me dio pena que en España hubiera tenido tan poco eco mediático… Luego dicen que el Vaticano no se mueve… ¡Genial el saludo de Monseñor Celli que se acercó a saludarnos y charlas con nosotros!

Bienvenida a cargo de Richard Rouse y comienzo del primer panel con Rocco Palmo de moderador y François Jeanne-Beylot, Andrés Beltramo, Elizabeth Scalia, P. Roderick Vonhögen y Matia Marasco de panelistas. Me quedo con la intervención del P. Roderick, uno de los muchos sacerdotes presentes en el evento como participante. Creo que fue muy concreto explicando cómo dar uso a las redes sociales, al blog, a facebook, a twitter… para conseguir frutos palpables en su parroquia y en sus entornos más allá de las 4 paredes de su iglesia. Me sentí muy en sintonía con él y su convicción de que es posible usar la tecnología para encontrarse con las personas, tratarlos como seres únicos y especiales, generar comunidad… Algún comentario de algún panelista lo considero demasiado «profesional» o tal vez demasiado tendente a una visión comercial, laboral, periodística… del uso de los blogs. Hay que darse cuenta de que muchos hablaban de los blogs como lugares de información. Yo soy de los que los ven como lugares de evangelización. El matiz es considerablemente distinto. No creo que tengamos que hacer una aproximación geoestratégica en la red como Iglesia sino más bien tener audacia y capacidad para ser transmisores del Evangelio y testimonio de Cristo también en la red.

Twitter quemaba, claro, como no podía ser de otra manera. Era sorprendente comprobar que había gente siguiendo el evento y que tus tweets eras seguidos y respondidos por muchos.  Una nueva experiencia también sin duda. Y llegó el descanso y un grato café con «pastas» con el que nos obsequiaron los organizadores. Allí aproveché para conocer al P. Fortea, con el que he quedado a comer hoy mismo, y hacernos una foto con él. Y entonces llamaron los de La Razón para que les contara cómo estaba yendo el asunto y confirmarme que hoy saldría publicado el evento.

Vuelta al ruedo, como diría al otro. Segundo panel con Antonio Spadaro como moderador y P. Federico Lombardi SJ, P. Lucio Ruiz, Thaddeus Jones, Eva Janosikova y Marco Sanavio como ponentes. Ahora íbamos a escuchar qué tenía que decir la Iglesia como institución al respecto de la comunicación, de las redes sociales, de la web 2.0, etc. Fue muy enriquecedor. Sobre todo escuchar a Spadaro y a Lombardi. Intervenciones precisas, abiertas, ilusionantes, preparadas, actuales, realistas. Escucharlos hizo patente la apertura del Vaticano a dialogar, a encontrarnos, a explorar nuevas formas y maneras. También quedó clara la visión en ciertos aspectos gracias a la intervención de los otros panelistas pero fue una sorpresa comprobar la remodelación que ya está casi terminada de la web del Vaticano y del concepto de la misma. Entramos en el 2.0 y eso es buena noticia. Y antes de terminar intervine con una pregunta que creo que merece reflexión: Todo esto requiere esfuerzos colectivos, energía, tiempo, dinero… ¿alguien mide resultados? ¿Sabemos si todo esto vale la pena? ¿Cómo evaluarlo? ¿Se puede evaluar? Un agustino al que no conocía vino a darme la mano al final y a felicitarme por la pregunta… Me gustó. Gracias.

Terminó el evento con la sensación colectiva de que había valido mucho la pena y de que algo nuevo había germinado. Conversaciones de última hora, fotos, abrazos… y un post-meeting en una cervecería donde regustar lo vivido en un ambiente ya mucho más distendido. Fue un momento genial de compartir con Julio, Anna y Corinna.

Llovía en Roma y me jugué la vida en un taxi temerario. Llegué y di gracias a Dios por lo vivido. El Espíritu sabrá qué pintaba yo en Roma… Yo, desde luego, como siempre, abierto a descubrir su voluntad.

Un abrazo fraterno

Roma (3) – Oración frente al fundador y gelatto vaticano

La tarde empezó pronto y aunque los pies empezaban a resentirse… no paramos. A Ángel casi se lo come un caballo tirando de una carreta en Via Corsso pero recuerdo la tarde especialmente por varios momentos impactantes, todos relacionados con iglesias.

La visita al Gesú, templo madre de los Jesuitas donde tienen enterrado a S. Ignacio, me impactó. Es verdad que es el poder hecho iglesia pero sentí que estaba delante de algo grandioso, de personas grandiosas que hicieron de mi fe y de mi religión algo grande en una época de la historia hasta hoy. Allí pude estar ante la tumba del luchador Ignacio de Loyola, frente al cual está el altar donde se venera un brazo de S. Francisco Javier. Y Ángel y yo nos sentamos precisamente en un banco que estaba sobre la lápida del cardenal Tonti, famoso en la historia de Calasanz.

La visita central de la tarde fue a la escolapia iglesia de S. Pantaleo. Por la mañana habíamos estado en la casa pero la iglesia estaba cerrada. Allí estaba Adolfo que me concedió el privilegio de abrirme la verja que daba a la auténtica tumba de Calasanz, un espacio humilde donde quise orar. Me surgió y lo necesitaba. No podía irme de allí simplemente con la anécdota. Y traje a mi comunidad y mi vocación. Pero sobre todo traje a mis hijos y le pedí al Santo luz para educarlos en la fe y para ayudarlos en su discernimiento vocacional por si alguno en algún momento se sentía llamado a la Escuela Pía. Y sentí que me ponía en buenas manos.

La tercera visita, tras la genial exlicación de Ángel sobre la fuente de Bernini de Piazza Navona, fue a la iglesia de Sta. Inés, lugar donde fue martirizada. Me resultó especial por eso de tener una hija llamada Inés. Fue otra manera de traer a la peque y ponerla delante de Dios y orar por su vida.

Y luego por los Foros Imperiales: la famosa columna de Trajano, el arco de Constantino y el impactante Coliseum donde nos sentamos a descansar. Momento Quelle. Yo empezaba a no poder más. Mis pies empezaban a quejarse pero todavía había que hacer camino hasta el Vaticano. Cruzamos por el puente de Sant’Angelo y allí nos encontramos a Roberto Arce, el periodista que presenta los telediarios de Antena 3. Y a monjas y a más monjas… Enfilamos Via della Conciliazone pero aunque estaba más despejado no pudimos llegar a la Plaza de S. pedro. Una cola inmensa aguardaba para venerar los restos del beato así que tuvimos que desistir y hacer la última gran parada del día: Old Bridge, una de las mejores gelatterias de Roma. Creo que hicimos cola durante más de 20′, durante los cuales pudimos ver un desfile asombroso de todas las especies religiosas del mundo. A destacar la comitiva monjil tipo Sister Act y en número superior a 20 que hacían la curva de los museos vaticanos… El gelatto elegido fue de menta, chocolate y vainilla. Foto y envío a la familia. Llamamos a Pili y la animamos a venir… ja, ja, ja… y a Ángel ¡casi lo atropella el autocar de la Juve!

Llegué a Monte Mario muy contento., enamorado de Roma y a la expectativa de mañana, del encuentro de bloggers en el Vaticano. Ya os contaré. Recordad que lo podéis seguir en Twitter con el hashtag #vbm11.

Me voy a ir a dormir con los pies destrozados pero feliz y muy agradecido a Ángel. Lleno de Calasanz y de Iglesia.

Roma (2) – De la habitación de Calasanz al tiramisú en el Trastévere

El 913 llegó al minuto pese a las peores premoniciones de Ángel sobre esta línea. Eran las 11:15 de la mañana. El nombre de la avenida por la que bajaba el bus ya me entusiasmó: VIA TRIONFALE. Era por donde los victoriosos generales romanos, el César mismo, bajaba con sus legiones camino de Roma. Roma es Roma. Y todo lo que fue, lo sigue siendo. El bus parecía una cuádriga conducida por un Mesala cualquiera pero Ángel y yo aprovechamos para ir hablando de Roma, de Italia y de su manera particular de ver el mundo que sólo se entiende estando allí.

El bus nos dejó en la parada de metro de Ottaviano, muy cerquita del Vaticano. Lo intentamos, os juro que lo intentamos… pero nos debimos quedar a 3 km de la Piazza S. Pietro donde se estaba celebrando la beatificación de Juan Pablo II. Millones de personas. Banderas polacas, españolas… curas y monjas de todos los gustos y colores… movimiento, frenesí… El mundo entero estaba allí en aquel momento. Así que decidimos no seguir intentándolo y nos fuimos a hacer ruta. Pasamos por delante de la casa general de las Escolapias y empezó a aflorar la especial y encantadora decadencia que rodea a Roma, a sus edificios viejos y desconchados, a sus adoquines milenarios… Nos encontramos con Castel Sant’Angelo  y más adelante con el Tíber. ¡Cuántas cosas habrá visto el Tíber! Me gusta. Es un río con una personalidad arrolladora. Romano hasta la médula.

Y girar por esa calle y encontrarme con la belleza hecha plaza de Piazza Spagna no tiene precio. La Plaza de España es guapa, muy guapa. Es para ponerla de fondo en la historia de tu vida. Es para pintarla, para fotografiarla y para inmortalizarla. Enamora. Giramos a la derecha y pronto nos encontramos con la columna de la Inmaculada donde se encuentra la Embajada española ante la Santa Sede. Allí vivió unos años otro coruñés que se acaba de marchar: Francisco Vázquez. Y continuamos y ¡ohhhhhhhhhhhhh! ¡Fontana di Trevi! Grandiosa. Populosa. Fuente encargada de traer agua saludable a la ciudad y utilizada para rematar la trasera de un palacio… Impresionante. ¡Qué brutalidad! Serían las últimas fotos de mi viaje antes de que la cámara se me cayera y se rompiera… qué le vamos a hacer…

¿Y la Rotonda? Basílica brutallllllllllll… No sé, es que uno se siente muy pequeñito al contemplar su historia de repente. Roma es parte de mi también. Y el arte. Y sus historias. Y luego Piazza Nabona de refilón hasta llegar al centro de la Orden de los Escolapios: S. Pantaleo, sede de la casa general, primer palacio comprado por Calasanz para su colegio y espacio donde se han cocido muchos de los momentos clave de la Orden: profesión de los primeros escolapios, lectura de la reducción de la Orden… Allí pude contemplar la habitación de Calasanz tal cual se quedó a su muerte y disfrutar emocionado de todo lo que Ángel me había contado. Mucho de lo que soy se gestó allí. Acongoja.

Y de allí al bullicio de Campo Fiore y su mercado e inserción definitiva en el Trastévere, lugar donde Calasanz descubrió a sus niños y, de paso, su vocación definitiva, la manera definitiva de agradar a Dios. El Trastévere es encantador, bohemio, sugerente, romántico… Allí le confesé a Ángel un plan que se ejecutará en su momento. Y allí, en un típico ristorante, comimos de lujo pasta y tiramisú. Eran las 14:30 de la tarde.

Roma (1). De la noche de Madrid a la quietud de Monte Mario.

No sé si me acordaré de muchos de los lugares que han visto mis ojos hoy por primera vez pero no por última. Porque pienso volver. Han sido tantas las cosas, tantos los lugares y tan variadas las emociones… que a estas horas de la noche se me hace difícil condensar eso en una entrada de blog. Lo voy a intentar.

El despertador del móvil sonó a las 3:50 de la mañana. A las 4:15 vendría Pili (¡cómo te quiero!) a buscarme para llevarme a Barajas donde el vuelo de Alitalia me llevaría a Roma-Fiumicino. El vuelo iba lleno. Lleno de familias, de niños pequeños, de curas, de peregrinos… La beatificación de Juan Pablo II llamaba a Roma a todo tipo de personas de todo tipo de condiciones.
Todavía era de noche cuando el avión despegó y después de leerme la formación comunitaria betaniana de mañana lunes sobre Buda… me quedé dormido. Había descansado escasas 2 horas en casa y el sueño pudo conmigo. Cuando me desperté estábamos ya bajando a Roma y yo empezaba a ver las verdes campiñas, los frondosos bosques y los montes redondeados que rodean la ciudad. Y el mar… el mar…

En Fiumicino tenía que coger un tren que me dejaría en Roma-Trastévere y allí, cambiando de andén, otro que me llevaría a Monte Mario, donde me estaba esperando Ángel Ayala… escolapio amigo y guía genial en un día como hoy. Durante todo el trayecto no tuve la sensación de estar en Roma. Parecía como si estuviéramos en medio del campo, atravesando pueblos… no sé… se me hizo curioso… curioso como los trenes romanos, más de los años 60 que del siglo XXI en el que estamos…

La casa de los escolapios de Monte Mario está en Via degli Scolopi (fácil tradúcción). ¿Es una calle? No. ¿Es una avenida? No. ¿Es un…? Es un sendero, un caminillo rodeado de verde y aderezado con el canto de los pájaros. Un lugar alejado del bullicio propicio para estudiar y formarse. Me gustó. Bustos de Calasanz, cuadros del fundador… Y por lo demás, una comunidad muy bien puesta, una habitación muy maja esperándome y un desayuno con ChocoKrispies y zumo de naranja que nos dio el tono para aguantar la mañana.