MIÉRCOLES SANTO: Fue a ver a los sumos sacerdotes

El protagonista del Evangelio de hoy es, sin duda, Judas. Judas se parece más a mi de lo que a veces soy consciente. Judas fue uno de los elegidos. Y no creo que Jesús lo eligiera para que fuera la cabeza de turco. Judas se apasionó con Jesús al principio y vio en su camino y en su predicación un camino válido para solucionar muchas de las cosas que asfixiaban al pueblo judío de aquel momento. Pero en el andar juntos… Judas se fue desencantando. Lo que Jesús proponía no acababa de ser lo que Judas pensaba que debía ser el camino. Judas era un experto de marketing, un diplomático, un político… Pretendía hacer del maestro un líder en condiciones que fuera capaz de entenderse con los sumos sacerdotes y con el pueblo… A Judas le desagradaban los escándalos, los duros discursos, los despechos y las acusaciones a ciertos sectores poderososos que, su maestro, llevaba a cabo.

Y acude a los sumos sacerdotes. Cansado. Confuso. Recibe la Palabra de Jesús pero no está preparado para hacerla suya. Su cabeza, sus proyectos, su idea de cambiar el mundo sin buscarse problemas… se lo impiden.

Os dejo este fragmento de la peli de Zeffirelli. Me gusta. Un Judas humano. Un Judas que no es consciente de su traición. Un Judas cobarde y lleno de miedo. Un Judas, pues, manipulable. Un Judas que se equivoca y punto.

Un abrazo fraterno

MARTES SANTO: En ti, Señor, he puesto mi esperanza

Esta semana es la ideal para mirar la vida de uno y ver lo que se ha complicado todo por tomar determinadas opciones, por apostar por determinados valores. Iba hoy en el coche y el día era espléndido. Buena temperatura y sol de tarde primaveral en Madrid. Llevaba puesto en el coche un poquito de bachata que me contagió rápidamente la alegría y la chispa para «irme creciendo». Esther y los niños se habían ido a la sierra por la mañana y yo me quedé para trabajar y luego ir a la comunidad. Pude ir al centro de Madrid a comprar algún libro y tomarme algo para merendar y pasear un poquito… En fin… que me venía a la cabeza lo bien y cómodo que se vivía así, las ganas que tenía de irme alguna noche a bailar, la de cosas que aún me quedaban por «quemar» en mi joven adultez…

El matrimonio no siempre es sencillo. El amor por otra persona trae también complicaciones, ataduras, obligaciones para con otro… Hay etapas de subida maravillosas y etapas de estancamiento en las que hay que poner toda la carne en el asador y todas las energías y consciencia posible en el proyecto común.

Cuando ya parecía que Inés y Álvaro se hacían mayores ha llegado Juan que es una alegría que ha vuelto a traer complicaciones. Geniales complicaciones sí pero complicaciones al fin…

No estamos en un buen momento laboral. Mi empresa no es de las más tocadas pero el equipo está atravesando momentos de cambio, susceptibilidades a flor de piel, pérdida de rumbo y autoridad… No hay ganas vamos… Y para más INRI, Esther en el paro…

Y además está todo en lo que me he ido complicando la vida: la vida comunitaria, el compromiso en el cole, el AMPA, los blogs, los estudios inacabados…

Y aún por encima la sensación de que hay mucho por hacer, mucha oscuridad que alumbrar, mucha misión que afrontar… No sé si alguien me entiende…

Sin duda, esta Pasión de Jesús no es más que parte del camino al que uno se ve abocado siempre si decide no acomodarse, dejarse llevar y vender su conciencia y valores al diablo del sistema. Hoy pongo delante del Señor todo ésto y oro con el salmo: EN TI, SEÑOR, HE PUESTO MI ESPERANZA.

Un abrazo fraterno

LUNES SANTO: El Señor es mi fortaleza

En la misa de ramos de ayer el sacerdote se empeñó en explicar la Pasión con ejemplillos de su vida. Lo cierto es que lo hizo con toda su buena intención de ayudar a los que allí estábamos a meditar la Pasión pero creó el efecto contrario. Hay cosas que no hace falta explicar y no nos entra en la cabeza. Hay cosas que hay que contemplar y ellas de por sí ya se encargan con la mediación del Espíritu de hacer efecto en nosotros.

Leo las lecturas de hoy y tengo esa misma sensación: ¿Alguien tiene que explicarlas? Ponerse delante de la lectura de Isaías y contemplarla, hacerla tuya y dejar que llene con su fragancia todo tu ser… no requiere más que de mi silencio y de mi disposición. Me estremece, me acongoja. Cuenta mi propia historia: El Señor me llamó, me tomó de la mano, me formó y me hizo mediador y luz… PARA (¡qué preposición más bien puesta y qué cargada de significado!)… PARA… PARA… En eso estoy Padre. A veces tengo la sensación de que me desvío, otras veces la sensación de que estoy cumpliendo la misión poco a poco… y otras veces me inundan ideas para empezar mil y un proyectos a los que me siento llamado… Dios me hizo fuerte, me regaló capacidades y me dotó de espaldas anchas. E intento poner eso al servicio… Cuando flaqueo o no veo las cosas claras me repito lo del Salmo: El Señor es mi fortaleza. ¡El sabrá lo que hace conmigo! ¡Ya me hará ver lo que sea necesario ver!

En todo este  camino el Evangelio me acerca a mi comunidad, a Betania, presentada hoy como lugar de acción de gracias, lugar de resurrección, lugar de ponerse a los pies de Cristo, lugar de encontrar a Dios en casa… La vivencia comunitaria es la que me ha permitido y me permite dar determinados pasos. Mis hermanos me confrontan, me estimulan, me animan, me acogen, me recogen, me acompañan… Oran conmigo… Creen conmigo… Ríen y lloran a mi lado… Jesús nos quiere en comunidad. Él se buscó la suya y pidió su ayuda en los momentos difíciles.

Un pasito más en esta semana.

Un abrazo fraterno

DOMINGO DE RAMOS: El Señor Dios me ha hecho oír sus palabras y yo no he opuesto resistencia ni me he echado para atrás

Llevo esperando este Domingo de Ramos muchos días. Es el pistoletazo de salida de la Semana. Y este año es especial. Por primera vez desde que llegué a Madrid me siento parte viva de una comunidad parroquial y DESEO celebrar este domingo a su lado, con ellos, con mis hijos, con mi mujer… Juntos…

El Domingo de Ramos siempre ha sido el día de la lectura entera de la Pasión que tanto me gusta desde que era niño. Es el fragmento dramático de una historia que cambió el mundo, el desenlace de una apuesta de Dios por los hombres…

Y es también el día del olivo y de la palma, de la procesión… Un día especial y lleno de liturgia y símbolos.

Este año también es especial por la noticia que me ha llegado de Roma, porque hace 1 hora he comprado ya el billete para participar en el primer encuentro de bloggers que convoca el Vaticano.

Y ya metiéndonos en oración… ¡qué bella la lectura de Isaías! Es para saborearla durante toda la semana. Es mostrar la cercanía cómplice de Dios conmigo. De un Dios que regala y concede… y de mi respuesta y sus destinatarios. El Señor despierta mi oído, el Señor me regala una lengua privilegiada, el Señor me habla… ¿Y yo? ¿Aliento al abatido? ¿Acepto las dificultades que esto comporta? Yo personalmente me siento muy cuidado, acompañado y fortalecido. Confío en que soy instrumento y que el Señor es quien dará mejor uso de mi si estoy dispuesto a no echarme para atrás. Eso intento sabiendo de las consecuencias que nos enseña la Pasión…

Espero compartir al máximo mi oración esta Semana Santa. Os deseo lo mejor para todos. Juntos en la fe.

Un abrazo fraterno

Encuentro mundial de bloggers en el Vaticano

Hoy he recibido la noticia via Facebook de que soy uno de los 150 bloggers de todo el mundo que el vaticano ha seleccionado para participar en Roma el 2 de mayo en el primer encuentro de este tipo. Estoy muy muy contento. Por todo. Porque creo que esto vale la pena y ese encuentro también.

Allí estaré si Dios quiere.

Gracias a todos

Ten piedad (Salmo 50)

Hoy no encuentro en las lecturas nada. No sé si estoy bloqueado, cansado, preocupado, triste… o si las lecturas son demasiado complejas o demasiado ninivitas para mi. Lo cierto es que lo que me sale del corazón es poner mi oración al servicio del pueblo japonés, de sus muertos, de sus supervivientes, de los que con tanto esfuerzo están ayudando para reconstruir poco a poco la vida y minimizar los daños que todavía pueden estar por llegar. Me da cierta vergüenza ver los debates en los que estamos enfrascados en Occidente, el oportunismo político, las sandeces periodísticas… en contraste con el esfuerzo de los millones de personas que pueblan Tokyo y alrededores para ponerle la cara al destino.

Dios está ahí. Intentando buscar supervivientes en los escombros. Calmando el lloro de los niños a los que el miedo les ha calado hasta lo profundo. Acariciando el corazón de los que han perdido a seres muy queridos bajo el agua. Enla valentía de los que pelean minuto a minuto con piscinas de combustible, reactores, núcleos… Dios está en los que no se han pensado el ir a echar una mano. Dios está en el abrazo de unos a otros, en la mirada del que quiere seguir… Una presencia muy discreta pero real.

Yo, mientras, sólo puedo orar desde mi posición de espectador del sufrimiento ajeno. da vergüenza hasta decir que te duele la cabeza.

Un abrazo fraterno que llegue a todo Japón.

OS ANIMO A ENCADENAR UNA ORACIÓN CON VUESTROS COMENTARIOS. JUNTOS, REZANDO POR JAPÓN.

Ya sabe lo que ustedes necesitan (Mateo 6, 7-15)

Yo estoy convencido de esto. Más que pedir mis oraciones están llenas de acción de gracias. Sé que Dios sabe lo que necesito, quién soy y lo que es mejor para mi. Nunca me he puesto a pedir chorradas… ni siquiera en momentos duros en los que personas queridas estaban en una situación difícil pedí salvación o milagro. Siempre intento dejarlo todo en sus manos sabiendo que su Amor es mayor que mi capacidad de comprender qué  es lo mejor.

Ayer en la Cuaresma expresé mis compromisos de Cuaresma: mantener la oración diaria y cuidar mi descanso. Ya os iré contando el cumplimiento.

Un abrazo fraterno

Conmigo lo hicisteis (Mateo 25,31-46)

Un cristiano no puede ser indiferente. Son palabras antónimas. Yo me veo un poco mediocre en este punto. Es fácil enarbolarse en argumentos ya manidos sobre la fuerte del sistema y lo difícil que es salir de él. El caso es que sí tengo mi sensibilidad y conciencia educada para poder ver a los que sufren pero a veces no soy capaz de traducir esa sensibilidad en acciones concretas, y humildes, que ayuden a mitigar el sufrimiento del hermano en la medida de lo posible.

No puedo decir mucho más. Creo que está claro. Padre, acoge mi plegaria y dame luz para ser cada día más como Tú.

Un abrazo fraterno

¿Para qué ayunar, si no haces caso? (Isaías 58,1-9a)

Recuerdo la Cuaresma que vivía de niño en casa. Seguramente era muy similar a la Cuaresma de muchos de los que ahora rondamos los 35. Recuerdo cómo fielmente no se comía carne los viernes. Esa norma sigue activa en la Iglesia aunque me juego algo a que nadie sabe muy bien por qué. En mi casa era día de pesacdo o tortilla de patatas o pasta con tomate… y lo cierto es que nadie me explicó el por qué de aquello. Lo que es cierto era que era algo que ayudaba a vivir aquel tiempo como algo importante, especial, distinto…

Sigo pensando hoy que los sacrificios porque sí no tienen mucho sentido pero sí tiene sentido vivir la Cuaresma hacia dentro, en silencio, y con la firme intención de descubrir que tiene Dios que decirme y prepararme para vivir el Triduo y la Pascua.

Como padre creo que familiarmente somos capaces de vivir el adviento adecuadamente. Preparamos juntos la Corona, cantamos villancicos, adornamos la casa y vemos algún trocito del nacimiento de Jesús. La Cuaresma me cuesta más. No quiero quietar la carne de los viernes, primero porque ni siquiera yo me acuerdo. Pero algo hay que hacer para vivir juntos este tiempo. Que el Señor me ilumine…

Un abrazo fraterno

Te pongo delante la vida y el bien, la muerte y el mal (Deuteronomio 30,15-20)

Ahí está. Delante de nuestros ojos. La vida y la muerte. Y toda la gama de grises que pillan entre el blanco y el negro. Ahí están.  Yo siempre he dicho que cuando me acuesto es cuando vienen a mi mente y a mi corazón los reflejos más emocionales de la vida que estoy viviendo: las heridas que no están curadas, los proyectos inacabados, lo conseguido, los pasos dados, lo que tengo, lo que sueñi, lo que he perdido, mis elecciones… Meterse en la cama a veces es enfrentarse a un espejo difícil de encarar.

Hoy el Evangelio y la Palabra me invitan a eso de nuevo. A mirar mi vida y las opciones que siguen presentándome delante. me da mucho miedo perder la normalidad, el sosiego, la paz de la que disfruto hoy por hoy pero… ¿no será comodidad, no será huída, no será inseguridad? ¿Dónde está la vida realmente? ¿A qué me invita el señor?

Nuevas posibilidades se me van presentando y nuevas decisiones se ciernen sobre mis hombros. Hay que elegir.

Que el señor me ilumine y me proteja.

Un abrazo fraterno