Me alegró y animó mucho tu caridad (Filemón 7-20)
El ejemplo y la vida del otro siempre es un estímulo. Por eso es tan importante estar rodeado de personas buenas, luchadoras… Por eso es tan importante es intentar siempre buscar qué puedo aprender del otro. Yo este año tuve la experiencia del Camino de Santiago con un grupo nutrido de jóvenes y catequistas junto con algún religioso. Yo no anduve a pie porque era el encargado de la logística y mi tarea era distinta. Pero observé con emoción y recogimiento el dolor de mis hermanos, su capacidad de sufrimiento, sus desfallecimientos… cómo se cuidaban, cómo se buscaban, cómo se animaban… Recuerdo sus miradas y su sudor y puedo afirmar que todo lo que vi me alegró y me animó.
No vivo solo y por muy fuerte que me crea y muy bueno que me considere necesito como el agua ver, saber, conocer vidas admirables. No son admirables muchas de ellas porque en ellas sucedan cosas extraordinarias sino porque han ido afrontado lo ordinario de una manera muy de Cristo. Y por supuesto son también sustento de mi fe y mi persona.
Un abrazo fraterno