Al que mucho se le dio, mucho se le exigirá (Lucas 12, 39-48)

Creo haber oído de mi madre esta frase en incontables ocasiones. Mi madre la decía siempre que me quería hacer ver que no existe el «café para todos» para Dios. Dios sabe quién es cada uno, los dones que tiene, sus posibilidades, lo que tiene encomendado y lo que no, sus flaquezas, su vida y circunstancias, etc. y va a saber pedir a cada uno lo que le corresponde.

A veces somos muy ligeros en el juicio hacia los demás. Ponemos a todos bajo los mismo parámetros que, además, son los de fabricación propia. Pero Dios no funciona así, eso creo.

Yo he nacido en un país de lo que podemos llamar «primer mundo». He visto colmadas mis básicas necesidades económicas, sociales, afectivas… He crecido en una familia que me quiso, que me ayudó, que me instruyó en la fe… He podido recibir una educación extensa y una formación adecuada. Además he podido disfrutar de oportunidades: espirituales, materiales, de desarrollo, laborales… No tengo ninguna tara psíquica y física… Y muchas otras cosas más… Creo que yo soy de los que «se les exigirá mucho».

Un abrazo fraterno

La justicia y la paz se besan (Salmo 84)

Esta frase del salmo creo que ha sido inventada y reinventada mil veces por ONG’s, instituciones, gobiernos y demás. Justicia y paz son dos palabras engordadas y vaciadas de tanto usarlas y tanto proclamarlas sin llenarlas de acciones que las continúen. ¡Y todos se creen que la frase es suya y se sienten satisfechos de haberla proclamado!

Es hermosísima y grafiquísima la manera en la que salmista nos da el mensaje: la justicia y la paz se besan. Van juntas. Son como una sola cosa. Sin una, la otra no acaba de realizarse plenamente. Se queda coja. Se esfuma. Se desinfla. Se disfraza.

Por eso no es posible identificar la paz como ausencia de violencia. Una paz sustentada solamente en la ausencia de violencia no es una paz verdadera. Si falta justicia, algo estallará en algún momento. Y eso me recuerda que en vez de tantos días de la PAZ en los colegios deberíamos hacer los días de la JUSTICIA. Con justicia, la paz viene casi sola. Al revés… no es tan fácil.

Un abrazo fraterno

Los mandó por delante (Lucas 10,1-9)

No sé si hoy estoy un poco obtuso pero las lecturas del día no me han dicho demasiado. La primera de Pablo es ciertamente curiosa, el salmo como muy típico y el Evangelio demasiado manido. Intentando darle vueltas e intentar descubrir qué tenía que decirme hoy el Señor me he parado en ese matiz de «por delante».

A veces pensamos que el Señor nos envía a hacer lo que, en realidad, es Él quien lo hace. Y nos equivocamos y muchas veces nos frustamos por equivocarnos de rol y por no ver frutos de nuestra labor. Es como si, con toda la buena voluntad del mundo, quisiéramos ejercer el mismo efecto en las personas que el mismo Jesús y eso no es posible. Encontrarse con Jesús no es lo mismo que encontrarse conmigo. Que el Señor me envíe por delante implica obviamente que Él vendrá después y eso significa que nuestros tranajos son diferentes. Yo soy enviado para preparar el camino, para anunciar la llegada de Jesús, para hablar de Él, para adelantar lo que va a llegar, para ir cambiando cosas a la espera de que llegue el Cristo.

Un abrazo fraterno

No tengáis miedo (Lucas 12, 1-7)

Estoy escuchando el «Nada te turbe» de Taizé y me encuentro con este final de Evangelio que me ha estremecido. Y lo ha hecho porque creo que es absolutamente providencial.

La noche de ayer cenaba en casa una persona muy querida y muy cercana. Está en una tesitura compleja. Y hablábamos de la confianza y del miedo. Tomar decisiones no es fácil y cuando las implicaciones son imprecisas y el futuro impredecible, más. Esta persona es valiente, optimista, recia, de ideas claras… Pero ahora tiene miedo. Sabe qué decisión debería tomar pero le asusta enormemente dar el paso.

Pues este Evangelio es para ti. Esto pasa a veces. Y yo no lo considero casualidad… Ojalá el Señor Padre que te ama, te conoce, te sostiene y te cuida te ayude a ver la luz. Los demás, mientras, caminamos a tu lado y estaremos ahí para lo que sea.

Un abrazo fraterno

Mi ración de pan (Proverbios 30, 5-9)

Ni riquezani pobreza. La ración de pan de cada día y basta. ¡Cuánta razón y qué difícil vivir esto hoy! Es tan difícil centrarse en disfrutar el momento presente sin preocuparse del futuro. Da cierto vértigo y miedo jugarse la vida sin tener respaldo. Respaldo económico, respaldo afectivo, respaldo cultural…

Hoy la lectura de proverbios mucho tiene que ver con esa caminar sin nada en la alforja del Evangelio. Jesús envía y lo hace de una manera. Por algo será. ¿Y si…? Por si… No vaya a ser que…

Al final, sólo importa la ración de pan de cada día. Poco más.

Mateo (Mateo 9,9-13)

Recuerdo un curso vocacional de Antonio Glez. Paz con este cuadro de herramienta. Luego escribiría un libro de meditación con él. ¿A vosotros qué os sugiere?

Al que tiene se le dará (Lucas 8, 16-18)

Esta última frase del Evangelio de hoy me parece muy exigente y muy dura. Jesús no se anda con medias tintas y no le gustan los que juegan a medias, los que «sí pero no», los que «tampoco es para tanto», los que se creen buenísimos pero viven acomodados en el mundo juzgando y condenando al resto…

Jesús quiere cristianos, seguidores, que cambien, que transformen, que produzcan. Quiere seguidores que den testimonio activo, que cambien vidas, que interpelen por su manera de vivir. Quiere seguidores dispuestos a coger su cruz y seguirle porque no hay otro camino. Desconozco si compensa. Bajo la mirada cortoplacista del mundo… desde luego que no compensa. Pero Jesús promete más…

Yo lo voy a intentar…

Un abrazo fraterno

En tus manos están mis azares (Salmo 30)

Esta es de las Palabras que sintetizan mi fe: poner mi vida en manos de Dios, mi día a día, mis decisiones y mis preocupaciones. Y vivir así me da paz.

Vivimos en un mundo concreto, es verdad, y no podemos obviar ciertos aspectos a los que hay que adaptarse por pura supervivencia. Pero también es verdad que me siento llamado a vivir de otra manera y, si pienso en qué se manifiesta esto realmente, tal vez llegaría a la conclusión sencilla de que se manifiesta en HACER VIDA ESTA PALABRA.

Me siento llamado a jugarme la vida y a gastarla en aquello en lo que creo, en lo que me sustenta, en lo que me configura, en donde Jesús está en medio. Me siento llamado a poner mis dones al servicio sin reservas. Esto no está a la orden del día. Hay que medir riesgos, cubrirse las espaldas, invertir en valores seguros y hacerse un buen plan de pensiones… ¡A la mierda! como diría mi amigo Fernán Gómez… Yo quiero vivir al estilo del Salmo…

Un abrazo fraterno

Para que el mundo se salve… (Lucas 3,13-17)

Dios nos quiere felices, nos sueña felices. Dios no concibe otra manera ni otro estado mejor.

Jesús nos mostró el camino. Él es el Camino, la Verdad y la Vida. Si lo seguimos, si andamos su camino, si hacemos lo que Él hizo, luchamos por lo que Él luchó, oramos como Él oró, tratamos a las personas como Él las trató, priorizamos lo que Él priorizó… seremos felices, nos salvaremos y este mundo será ya un adelanto de la vida que nos espera en la eternidad.

Y ahí está la cruz. Yo, como hacía en los retiros, me pongo a sus pies y me abandono cuando el entendimiento se ve sobrepasado.

Un abrazo fraterno

Tampoco me creí digno de venir personalmente (Lucas 7, 1-10)

Hoy es muy tarde y llevo varios días sin escribir pero este septiembre está viniendo con muchas cosas: comienzos de curso, vacaciones, niños, proyectos…

Hoy compartía en comunidad esta lectura y me quedaba con la gran humildad de este centurión. Una humildad qe le permite ir a Jesús, salir a su encuentro. Es una humildad verdadera digna de er observada. Él no era un hombre cualquiera. Era romano. Era centurión. Era un hombre que ejercía la autoridad. Y no era judío. Esa capacidad para abaarse, hacerse pequeño, quitarse importancia, sentir queno hace más de lo que debe, amigo de judíos y preocupado por sus siervos es lo que le permite llegar a Jesús. No le conoce demasiado. No sabe muy bien quién es. Pero decide presentarse así, pequeño.

Es una gran lección para mi, siempre deseoso de reconocimiento, de atención, de protagonismo… Tomo nota.

Un abrazo fraterno