Se tala y se echa al fuego (Mateo 7, 15-20)

Es algo que a veces olvidamos: que no estamos aquí de paso, que no sirve con ir tirando, que no vale adoptar una actitud por defecto, que no es suficiente con cumplir los mandatos y NO hacer no sé cuántas cosas… Hay que dar frutos. ¿Sino para qué?

El Señor nos ha creado con una misión concreta. cada uno tenemos una porción de creación y de Reino asignada para construirla y llevarla adelante. Lo que dejemos de hacer quedará sin hacer. Lo que quede sin construirá, nadie lo construirá. Somos imprescindibles en el proyecto del Padre y URGE conocer nuestros dones y conocer a qué estamos llamados, qué nos pide Dios, qué podemos dar a los demás…

Porque los árboles que no dan fruto se talan y se echan al fuego, por muy duro que suena, por muy radical.

Con paciencia, con tranquilidady asumiendo los momentos de oscuridad. Oración y escuchar para descubrir y luego valentía y determinación para llevar a cabo lo escuchado. No hay otro camino. Cristo es el Camino.

Un abrazo fraterno

Abre tus ojos, Señor, y mira (II Reyes 19, 9b-11. 14-21. 31-35a. 36)

La primera lectura de hoy es curiosa. Curiosa porque es una historia de un pueblo temeroso ante las amenazas de un invasor y el desprecio a su Dios. Una historia que me ha gustado. Me ha gustado porque muestra a un Dios que escucha a su pueblo cuando éste se siente en peligro; un Dios que reacciona ante las afrentas que otros se atreven a presentar contra Él. Y veo a un Dios que no se queda indiferente. Dios nunca se queda indiferente aunque su silencio a veces nos incomode y nos cuestione.

Protegido. Así me siento hoy.

Un abrazo fraterno

La última cima

Ayer fui a ver «La última cima» con mi mujer. Una apuesta valiente de un director decidido a contar una vida que merece la pena ser conocida.

Lloré mucho. Me emocioné mucho. Me hizo sentir tantas cosas… !!!! Me estremeció y me interpeló.

Cuando uno se pone delante de una vida así tiende a pensar que es la vida de una persona extraordinaria, fuera de lo común, ínimitable y tocada por la varita de Dios. Un escogido. Un santo. Un fueradeserie. Pero la mayor interpelación aparece justamente en este punto: Pablo Domínguez no es alguien fuera de lo común, no es alguien extraordinario, no es un superhombre… Tal vez el mérito de Pablo es haber sabido reconocer al Dios que le moraba y vivir de acuerdo a Él; reconocer sus dones y explotarlos, vivir la vida como un regalo y aprovechar cada minuto como si fuera el último, darse a los demás como si CADA UNO fuera el único ante él. Pablo era un cristiano, un creyente, un cura, una buena persona, alguien decidido a vivir el Evangelio en la tierra y a ver este tiempo como una auténtica antesala el cielo.

Yo puedo decir que Pablo no es el único y que este mundo está repleto de personas buenas, llevados por Dios, abandonados a su voluntad que pasan sus días preocupados por los demás y luchando por su propia felicidad. El mundo, gracias a Dios, está lleno de personas buenas, comprometidas, cristianas… ¿por qué nos escondemos? ¿Por qué no lo contamos? Al menos para que el resto salgamos de un cine sintiendo que no somos los únicos en la lucha, que somos muchos, que vale la pena, que sí se transforma mundo, que sí somos capaces de transmitir Buena Noticia…

No os la perdáis. Vale la pena.

Un abrazo fraterno

No atesoréis tesoros en la tierra (Mateo 6, 19-23)

No viene mal que en época de crisis recibamos una Palabra que nos recuerde que hay crisis y crisis… Nos hemos acostumbrado ya tanto a lo que nos han dado por llamar el Estado del Bienestar que ahora sufrimos más cuando no podemos llegar a todo aquello a lo que nos han dicho que debemos aspirar. Evidentemente una crisis de estas características trae dramas familiares y personales de gran calibre pero hoy Jesús viene a consolar el corazón recordando que está junto a nosotros y que, al final, lo importante, es elegir bien el tesoro porque allí estará nuestro corazón.

Es época de ayudarse unos a otros, de estar atentos, de escuchar, de ofrecer la mano amiga, de mirar a los ojos, de tener menos cosas, de quitar equipaje, de liberarnos de fardos pesados… Es época de redescubrirnos, de quitarnos los maquillajes, las hombreras, los tacones… y aparecer como quien realmente somos. Es tiempo de recuperar los sueños que valen la pena, de mirar adentro, de compartir…

No atesoremos bienes terrestres… Miremos más allá…

Un abrazo fuerte

Profeta como un fuego (Eclesiástico 48, 1-15)

me encanta esta descripción del profeta Elías de hoy. La releo y la releo… Quiero ser así. Profeta como un fuego cuyas palabras son como horno encendido. Que aplaque iras, que reconcilie, que resucite…

Pero lo que más me gusta es eso de nadie pudo sujetar su espíritu en vida. ¡Qué libertad! ¡Qué capacidad de vivir según lo que Dios le pedía! Jugando al ataque, fiel a sus intuiciones, sin miedo que le paralice, de acuerdo a sus creencias y valores… Espíritu vivo, inconformista, inquieto, aventurero, arriesgado…

Mirándome frente a Elías me siento mediocre aunque también miro mi vida y veo que hay algo de Elías en ella también, que camino hacía ahí…

Un abrazo fraterno

Si amáis a los os aman, ¿qué premio tendréis? (Mateo 5, 43-48)

Recuerdo que hace ya algunos años me impactó un trocito de un poema que el P. Ángel Sedano nos leyó en la celebración del domingo a los que formábamos parte en Coruña del Grupo de Tiempo Libre en el cole, capitaneados por Sátur, y que estábamos de convivencia en el albergue de los maristas en Perbes. Era algo así como:

«Querer a quien no te quiere,
a eso le llamo yo querer;
pues querer a quien te quiere
se llama corresponder
y eso lo hace cualquiera»

No sé si la lectura de ese día era el mismo Evangelio que hoy pero puede que sí. Me impactó por su clarividencia. Porque es tan claro y ¡tan verdad! ¡Y taaan difícil! Con lo a gustito que estamos al lado de los que nos quieren… Y lo necesitamos sin duda. sabernos queridos y poder reposar a veces bajo el ala del amor es absolutamente vital. Peeerooo hay que ir más allá. Al menos eso nos dice Jesús. Yo podría hacer una lista ahora mismo de personas a las que me cuesta querer y con las que he decidido mantener una relación simplemente correcta. Y ahí me quedo…

A amar también se aprende y s complejo, muy complejo a veces. Tal vez todavía no estoy en disposición de saltar al vacío pero sí al menos de dejarme claro a mi mismo que puedo amar más y mejor.

Un abrazo fraterno

Al que te pide, dale (Mateo 5, 38-42)

Vuelvo después de muchas semanas sin escribir, demasiadas. pero necesitaba un descanso y tampoco sé si voy a ser capaz de tener la adecuada continuidad pero ¡vamos a intentarlo! Leer la Palabra del día y meditarala brevemente poniendo por escrito lo que me sugiere me ayuda y vale la pena llevarlo a cabo.

El Evangelio de hoy es uno de esos que me confunde. Porque la primera parte no se parece a la última y porque da pie a quedarse con la frasecita que más le mole a cada uno y punto. Yo, por ejemplo, como no acabo de entender bien lo que propone Jesús con lo de la mejilla y la túnica pues me quedo con la frasecita de dar… y no me quedo a gusto. Me encantaría tenerle delante y preguntarle…. y decirle, «no entiendo Señor, no entiendo». Pero no porque me rebele a lo que dice sino porque verdaderamente no lo entiendo…

Me viene a la mente la peli de «La Misión» y ese final dramático con dos posturas ante una misma agresión. Y a mi ambas me parecen legítimas… ¿o no es así? Ayyyy Señor, cuánto me queda todavía por aprender…

Un abrazo fraterno

Descanso

Descanso de blog. No os penséis. Son días de viajes, exámenes, charlas, fines de cursos… el lío me impide mantener el blog. Espero volver el lunes 24 con fuerzas renovadas.

Gracias!!!!!!!!

Quien entre por mí se salvará (Juan 10,1-10)

Yo creo que la salvación no es sólo que cuando me muera «me vaya al cielo». La salvación también es aquí en la tierra. la salvación también se gana para la vida. Creo que salvarse es llegar a ser feliz, llegar a ver a Dios, a sentir a Dios, a saberse hijo de Dios y actuar como tal… aquí, hoy.

Por eso creo que cuando pongo a Jesús en el centro de mi vida y tomo las decisiones de todos los días apostando por un estilo, por unos valores, por unas creencias, por el amor, por la vida… las cosas me saldrán bien. No es tener menos problemas, no es vivir más tranquilo, no es no experimentar el dolor… es otra cosa. Es saberse amado. Es saberse querido y acompañado. Es saberse cuidado. Es estar en paz. Es mirar a la vida con mirada alegre y optimista, serena.

Apostar por Cristo es de valientes. La vida es de los valientes. Y yo quiero ser uno de ellos.

Un abrazo fraterno