Añadid a vuestra fe… (2Pe 1, 1-7)

Pedro dice una cosa hermosísima: que estamos llamados a participar del mismo ser de Dios. Pero para ello dice que la fe no es suficiente sino que se necesitan más ingredientes en la tarta: honradez, criterio, dominio de sí, constancia, piedad, cariño fraterno y amor. Es realmente de dificultad alta esta receta que nos presenta el «arguiñano» Pedro.

Y ante eso hay pocos caminos: podemos elegir el camino fácil y contentarnos con una fe, en mi casa heredada y aprendida o intentar trabajar esa fe heredada, hacerla crecer y madurar, mirarme al espejo, saber quién soy, ser honesto conmigo mismo, ser constante en mi crecimiento y con todo eso amar más y mejor.

Esto, sin duda, es más difícil. Pero el plato resultante es como maná en el desierto…

Un abrazo fraterno

¿Qué quieres que haga por ti? (Mc 10, 46-52)

Me es realmente complicado elegir hoy una frase de las lecturas sobre la que centrar la oración. La primera lectura es maravillosa toda ella. «Piedra viva» me llama. ¡Qué bonito! Nunca había deparado en tal piropo.

Tal vez responda eso a la pregunta del Señor en el Evangelio. Muchas veces nos preguntan «¿Qué harías si te tocara la lotería?». Esto es mejor. Va más allá. La pregunta de Jesús es directa e insuperable. Me imagino a Jesús delante preguntándome eso y me acongojo. Me daría miedo no elegir lo más importante, dejarme cosas, no saber qué responder… Y aunque mi cabeza me dice que Jesús no emitiría juicio alguno sobre mi respuesta, mi vivir entre hombres me deja el resquemor de sentirm juzgado en la respuesta…

Tal vez lo de la piedra viva no es mala respuesta. Ser piedra primero, Señor. Ser fuerte, robusto y, a la vez, erosionado por los acontecimientos y las personas. Ser piedra, sillar de construcción. Tal vez no ser piedra de fachada sino sillar de pilar, de contrafuerte. Y, segundo, ser vida. No ser uno más del paisaje. Sentir. Respirar. Sufrir. Disfrutar. Generar. Suscitar. Soplar. Acariciar. Apoyar. Enjugar. Abrazar. Amar. Ser.

Tal vez esa sería mi respuesta siendo consciente de lo que me falta para ser piedra y de lo que todavía no soy capaz de vivir.

Un abrazo fraterno

Habéis vuelto a nacer (1Pe 1, 18-25)

Esta frase de la carta de Pedro me ha recordado hoy a un texto de Borges que me encanta y que muchas veces releo. Si volviera a nacer… ¿Cómo plantearía la vida si volviera a nacer? Ufff… tendría que pensarlo. No lo tengo claro. Seguro que no cambiaría muchas cosas. Lo que sí tengo claro es que si volviera a nacer querría que fuera en la misma casa, con la misma familia, fruto del mismo amor. Y luego hay otras cosas pero… necesito pensarlas un poquito… Os dejo el texto de Borges.

Si pudiera vivir nuevamente mi vida

En la próxima trataría de cometer más errores.

No intentaría ser tan perfecto.

Me relajaría más.

Sería mas tonto de lo que he sido,

de hecho tomaría muy pocas con seriedad.

Sería menos higiénico.

Correría mas riesgos, haría mas viajes,

contemplaría más atardeceres,

subiría más montañas, nadaría más ríos.

Iría a más lugares donde nunca he ido,

Comería mas helados y menos habas,

tendría más problemas reales y menos imaginarios.

Yo fui una de esas personas que viví sensata y prolíficamente cada momento de su vida,

claro que tuve momentos de alegría.

Pero si pudiera volver atrás

Trataría de tener solo buenos momentos.

Por si no lo saben de eso está hecha la vida,

solo de momentos; no te pierdas el ahora.

Yo era uno de esos que no iba a ninguna parte sin un termómetro,

una bolsa de agua caliente, un paraguas y un paracaídas.

Si pudiera volver a vivir,

viajaría más liviano.

Si pudiera volver a vivir,

comenzaría a andar descalzo a principios de la primavera

y seguiría así hasta concluir el otoño.

Y jugaría con más niños,

si tuviera otra vez la vida por delante.

Pero ya ven,

tengo ochenta y cinco años

y sé que me estoy muriendo.

Jorge Luis Borges

Dejado… Seguido… (Mc 10-28,31)

El que no se quiera enterar será por eso, porque no quiere porque no parece que Jesús haya jugado a la confusión en este tema.

DEJAR ———————————————> SEGUIR

Todo hace pensar que sin lo primero no es posible lo segundo. Ser seguidor de Jesús implica dejar cosas, seguridades, esclavitudes… cada uno sabrá qué tiene que abandonar. Pero asumir esto es fundamental. Sino nos quedaremos en la mediocridad y ya sabemos que dice el Apocalipsis de los tibios…

Un abrazo fraterno

… y se fue triste (Mc 10, 17-27)

Recuerdo una frase que, al escucharla en una tertulia radiofónica, me impactó por su claridad. Estábamos en España en pleno acercamiento del gobierno Zapatero a ETA para sondear las posibilidades de fin del terrorismo vasco. Y recuerdo la crítica de un tertuliano al ansia de paz del presidente: «No es paz lo que queremos SINO LIBERTAD. La paz sin libertad no es nada.» Tremendamente contundente y clarividente.

El Evangelio de hoy es uno de los que más me sobrecogen. Soy capaz de sentir esa tristeza del joven rico al descubrirse falto de libertad. Es un tristeza árida y expansiva de aquel que quiere ser, que quiere hacer… pero que no es capaz de dejar aquello que se lo impide. ¡Qué horror! Siempre he intentado vivir desapegado porque me horroriza tenerme que dar la vuelta y marcharme triste, de ese modo. Alguna vez lo he experimentado y, seguro, que si me pongo a hacer conscientes todas mis esclavitudes… este sentimiento se agrandará por momentos.

Libertad. Ese es el sueño.

Un abrazo fraterno

Él… (Sal 102)

Leyendo este salmo no logro a comprender la postura de muchos creyentes. O no leemos el mismo Evangelio, los mismos salmos… o no es posible… ¿Será que, al final, cada uno lee lo que quiere oír? A veces esto parece Eurovisión… pase lo que pase, el voto ya está decidido. Una pena.

Él PERDONA todas tus culpas

y CURA todas tus enfermedades;

Él RESCATA tu vida de la fosa

y TE COLMA de gracia y de ternura

Un abrazo fraterno

El que escandalice a uno de estos pequeñuelos… (Mc 9, 41-50)

La mayoría de los chicos y chicas que están en el grupo de catequesis que acompaño son, a su vez, catequistas de Primera Comunión con los niños y niñas del cole. Muchas veces llegan a la hora del grupo exhaustos y turbados ante la dificultad que a veces comporta transmitir a niños y niñas de 9 añitos quién es Jesús y en qué consiste el sacramento que van a recibir. Yo siempre les digo lo mismo: «Mejor quedarse corto que cagarla, con perdón».

¿Cómo afrontar ese primer paso por el sacramento de la Reconciliación? ¿Cómo explicar el pecado? ¿Cómo responder a las inocentes preguntas de los niños que no tienen respuesta aparente o que ni nosotros mismos la tenemos? ¿Cómo hablar de la importancia de la comunión, de lo que es?

Cada vez estoy más convencido de que hay que propiciar a los niños el acercamiento a Jesús. Hay que facilitar que Jesús sea familiar. Hay que vivir la fe con naturalidad y dejar que los niños, que suelen tener los sentidos más despiertos que nosotros, VEAN, OIGAN, HUELAN, SABOREEN y TOQUEN. No es fácil. Pero creo que lo más hermoso es que el niño desee. Las cuestiones teológicas y enrevesadas son casi escándalo a ciertas edades… Ya tendrán tiempo de poner patas arriba muchas cosas…

Un abrazo fraterno

Mañana o pasado… (St 4, 13-17)

Hermoso e idóneo trocito de la carta de Santiago para un planificador como yo. Siempre haciendo planes, pensando en mañana, en pasado, en el mes que viene, en lo que vamos a hacer en agosto, en Navidad… ¡yo qué sé!

Cierto es que mi trabajo personal está dando sus frutos y desde hace ya varios meses soy capaz de vivir el presente de una manera mucho más adecuada. Y lo disfruto. Y me hace feliz. Disfrutar el momento.

Ya lo decía el poeta Horacio:

No busques el final que a ti o a mí nos tienen reservado los dioses
(que por otra parte es sacrilegio saberlo), oh Leuconoé,
y no te dediques a investigar los cálculos de los astrólogos babilonios.
¡Vale más sufrir lo que sea! Puede ser que Júpiter te conceda varios inviernos,
o puede ser que éste, que ahora golpea al mar Tirreno contra las rocas de los acantilados, sea el último;
pero tú has de ser sabia, y, mientras, filtra el vino y olvídate del breve tiempo que queda
amparándote en la larga esperanza.
Mientras estamos hablando, he aquí que el tiempo, envidioso, se nos escapa:
aprovecha el día de hoy,
y no pongas de ninguna manera tu fe ni tu esperanza en el día de mañana

Un abrazo fraterno

Encomienda a Dios tus afanes (Sal 54)

Mucha gente le pide a Dios que le resuelva los problemas. La vida es dura y difícil. Hay quien parece no haberse enterado todavía. Dios no pone ni quita cosas. Pero lo que dice el salmo hoy es distinto: pedirle a Dios que cuide de mi, de mis propósitos, de mis proyectos, de mis sueños… que me cuide en lo que el día traiga a bien aportar…

Por otro lado es algo obvio. No puedo creer que si no se lo pido Dios me abandone pero creo que el efecto de pedirlo es más en personal: es la actitud de pedir ser cuidado, reconocer que necesito ser cuidado, sentir que me cuidan. Ese efecto es renovador, balsámico y transformador… ¿O no?

Un abrazo fraterno

Tengo fe, pero dudo (Mc 9, 14-29)

Esta afirmación del padre del niño epiléptico del Evangelio de hoy creo que refleja una actitud, una realidad… que sigue estando presente en muchos de los creyentes que conozco, incluido yo mismo. Es tan sincera, tan franca, tan honesta… que me encanta.

A veces da la sensación de que la duda es algo negativo. Alguien que duda parece alguien no seguro de sí mismo, incapaz de tomar la vida en sus manos y de dirigir su camino tomando las decisiones adecuadas. Tal vez el problema no esté en la duda sino en la actitud que se toma frente a ella. La duda puede ser sana o insana, puede dar un empujón hacia adelate o clavarte los pies en el suelo, puede ser generadora de preguntas e inquietudes o puede adormecer toda lucidez.

Las situaciones de mi vida que recuerdo con dudas, incluidas las presentes, traen una buena dosis de miedo detrás. Tampoco es malo. Lo malo es dejarse inmovilizar. Y creo que es el miedo el que inmoviliza, no la duda en sí. Muchas veces he dudado de las decisiones tomadas, de las posibilidades a elegir, de elegir una oferta de trabajo, de dejar Coruña y venir a Madrid, de descubrir lo que Dios me pedía… y aquí sigo… con fe y con dudas.

Un abrazo fraterno