Día 2 #Cuaresma2017 #eligelavida

Elegir la vida. Eso es lo que se nos pide. Posiblemente una manera de condensar todo el mandato de Dios para cada uno. Elegir vivir. Elegir crecer. Elegir la libertad. Elegir la verdad. Elegir la Tierra Prometida. Elegir el don. Elegir lo que ya se nos ha dado. No se trata tanto de esforzarse como de acoger.

La primera lectura de hoy es preciosa. Queda claro cuál es el peor pecado para Dios: la infidelidad, el abandono, la idolatría.

Claro que luego llega el Evangelio y uno toma conciencia de que esta elección por la vida no está exenta de cruz, de que la elección por Dios no está exenta de sufrimiento. Y ahí es donde se nos pide permanecer y creer en la Promesa.

Un abrazo fraterno – @scasanovam

Día 1 #Cuaresma2017 #miércolesdeceniza

Preciosa la primera lectura de hoy, del profeta Joel. Preciosa para comenzar una Cuaresma que pretendo sea intensa y adecuada para llegar a la Pascua habiéndome encontrado con un Jesús al que, tantas veces, esquivo en el camino a Jerusalén.

«Rasga tu corazón, no tu vestido», me recuerda hoy el profeta. Porque es lo de dentro al final lo que importa, y no lo de fuera, por más que nos gustaría cumplir con 3 ó 4 expresiones de religiosidad popular. ¿Qué tiene que convertir mi corazón? ¿Qué tiene que volverse a Dios de lo que guarda y alberga? ¿Qué rincones oscuros necesitan ya la luz de Jesús?

Hoy recibiré la ceniza, consciente de lo cuesta arriba que se me pone muchas veces seguir a Cristo, queriendo al hermano, perdonando al hermano, poniendo mi vida plenamente en manos de Dios.

Un abrazo fraterno – @scasanovam

¡Gocemos al Señor! (Sal 39)

Alégrense y gocen contigo
todos los que te buscan

Puede decirse más alto pero no más claro. Alegrarse y gozar en el camino de búsqueda de Dios. Quién en el camino de la fe, en su vivencia de seguimiento de Jesús, no participa de esa alegría y de ese gozo, o se ha equivocado de camino o se ha equivocado de Dios.

Tal vez sea un mensaje que debamos recuperar cuando llegue la cuaresma y nos entre el frenesí de tristeza, sacrificio, tensión… Gocemos la vida. Gocemos los dones recibidos. Gocemos la vida en familia. Gocemos la vocación recibida. Gocemos la historia que Dios hace con nosotros. Gocemos cada curva del camino.

Un abrazo fraterno – @scasanovam

Habla, que tu siervo escucha (Sal 39)

Como seguimos dándole vueltas al bautismo de Jesús y a Juan y compañía… hoy se me han ido los ojos, los oídos, la mente y el corazón, al precioso salmo que se nos proclama. Es uno de esos salmos de cabecera, a mí entender, porque dice cosas tan importantes…

  • Actitud fundamental en un creyente: esperar y confiar en el Señor.
  • Dios siempre escucha mi plegaria.
  • Mi fe, como el amor, se hace nueva cada día. El Señor me ayuda a renacer en Él.
  • Y algo muy relevante: creer en Dios, seguir a Jesús, NO ENTIENDE DE SACRIFICIOS, NI OFRENDAS, NI HOLOCAUSTOS… La fe, si es verdadera, nunca es una renuncia, una privación, un esfuerzo… El cielo no se gana. El Reino se acoge.
  • Dios sólo me pide estar dispuesto a escuchar su voluntad y llevarla a cabo.
  • Todos estamos llamados a ser profetas en medio del mundo, a proclamar aquello que el Señor nos ha revelado.

¡No me digas que no es un buen roadmap de vida cristiana! Ojalá en este comienzo de año, escuchemos y pongamos en práctica. No sólo convenceremos más sino que seremos más felices.

Un abrazo fraterno – @scasanovam

Papá, háblame de Dios en tu vida (Sal 77)

Una de las tareas que los padres creyentes tenemos por delante: la transmisión de la fe a nuestros hijos. Así lo dice, de manera muy bella, el salmo de hoy:

Que surjan y lo cuenten a sus hijos,
para que pongan en Dios su confianza
y no olviden las acciones de Dios,
sino que guarden sus mandamientos.

No se trata sólo de enseñar los mandamientos, la doctrina, ni tampoco únicamente de llevarlos a las celebraciones religiosas o contarles historias de Jesús. Todo eso es, sin duda, necesario. Pero creo que el salmo nos sugiere algo más: contar la acción de Dios en nuestras vidas para que nuestros hijos le reconozcan ya en su propia historia y sepan, como nosotros, ponerlo en el centro de sus vidas, confiar en Él y dejarse querer por Él.

Es la experiencia de Dios de los padres la que es imprescindible para los hijos, una lectura de la realidad creyente… ¡Pongámonos a ello! ¡Y empecemos a contar!

Un abrazo fraterno – @scasanovam

 

 

¿En quién se fija el Señor? (Génesis 4, 1-15. 25) #

Es curioso. La lectura de Caín y Abel, tan conocida, del Génesis, no habla de buenos y malos. No describe especialmente a ninguno de los hermanos aunque podemos sacar alguna conclusión de las conversaciones y del texto.

Caín está dolido con Dios, o más bien, está dolido consigo mismo. Caín sufre eso que muchos conocemos: la desazón y la insatisfacción de no dirigir su vida al Bien. Y la paga con su hermano. Toda la «movida» explota cuando el Señor Dios se fija en Abel y no se fija en Caín.

La relación con Dios es una relación de amor y, como en toda relación de amor, Dios (que no cierra las puertas a nadie) reacciona fija su mirada en aquellos que le aman, que le rondan, que hacen lo que a Él le agrada. ¡Como cualquier enamorado! No es culpa de Abel. Ni siquiera de Dios. La desgracia de Caín es consecuencia únicamente de sus actos, de su egoísmo, de no amar al amado.

¡Cuántas veces culpamos a Dios de todas nuestras desgracias, de todo lo malo que nos pasa! ¡Cuántas veces pagamos la frustración propia con los demás! Caín es el Judas del AT. En su pecado, no se vuelve hacia Dios sino que su culpa, llena de orgullo y soberbia, lo lleva a la muerte. ¡Cuántas veces entramos en esa espiral de pecado y orgullo que nos aleja cada vez más de Dios!

Un abrazo fraterno

Se buscan testigos de andar por casa #mioracióndehoy

Yo a veces caigo en la trampa, lo reconozco. Quiero ser un testigo de Jesus HQ (High Quality). Quiero que la gente se sorprenda al escucharme, quiero demostrar lo que sé, quiero que me ensalzen, que me aplaudan, que se acuerden de mí, que acudan a mí por mis méritos… A veces caigo en la trampa en las redes y busco el tweet más certero, las palabras más precisas, la imagen más rompedora, la presencia más especial. A veces caigo en la trampa y creo que cambiaré el corazón de las personas y que salvaré sus vidas con mis propios medios, por lo que yo soy, por lo que yo hago.

Me encuentro con la Palabra de hoy y me da cierta vergüenza. Me da estupor la confesión del gran S. Pablo, dando a conocer su miedo y su floja predicación. Estupor. Porque a mí, como a muchos, me gustan los cracks, los grandes, los gurús del testimonio…. Y no me doy cuenta de que los que hoy considero gurús eran pequeños, pequeñísimos… enfermos, débiles, tentados, atacados, desvalidos…

El salmo lo deja claro: ¿dónde está la fortaleza? ¿Dónde está la grandeza? Meditar la Palabra, buscar y gustar a Dios, orar, cumplir sus mandatos, anhelar su voluntad, amarla… Abrirnos al Espíritu, empaparnos de Él, llamarle para que venga y nos inunde y para que Él lo haga todo. Que nos coja y nos haga instrumentos de la grandeza de Dios. Ese es el testimonio más poderoso. Dejar que Dios actúe en mi más absoluta pequeñez.

Posiblemente la reacción, alrededor, será la del Evangelio. A la gente no nos gustan los «hijos de los carpinteros», no aceptamos que tengan algo que aportar, no admitimos que sean ellos los elegidos de Dios.

Un abrazo fraterno

¿X-Men? No, profetas #mioracióndehoy

En aquellos días, recibí esta palabra del Señor:
«Cíñete los lomos, ponte en pie y diles lo que yo te mando.
No les tengas miedo, que si no, yo te meteré miedo de ellos.
Mira; yo te convierto hoy en plaza fuerte, en columna de hierro, en muralla de bronce, frente a todo el país: frente a los reyes y príncipes de Judá, frente a los sacerdotes y la gente del campo.
Lucharán contra ti, pero no te podrán, porque yo estoy contigo para librarte.» Oráculo del Señor.

No quiero comentar mucho esta Palabra del profeta de hoy. Es tan clara, tan limpia, tan afilada… Cualquier comentario la estropearía. Simplemente reparar en lo que me provoca:

– «Diles…» ¿A quién Señor? ¿Quiénes son esos a los que les tengo que hablar?
– «No les tengas miedo…» ¿Cómo se hace eso Señor? Dame fe, Padre, porque sí, tengo miedo.
– «Yo te convierto…» Todo está de tu mano Padre. Yo solo no puedo. Necesito esa conversión. ¿Cuándo sentiré tu fuerza? ¿Debo lanzarme cuando la sienta? ¿Debo lanzarme desde mi debilidad y luego me sabré fuerte?
– «Lucharán contra ti…» Qué sinceridad Padre… cualquiera se anima ante esta perspectiva… aunque si sigo leyendo… Tengo que creerme tu promesa, tu Palabra. Tantos santos pasaron por esto antes… Tantas personas de buena voluntad que decidieron seguirte siendo nada…

Parece que es tiempo de profetas… Todos lo somos pero… ¿cómo quieres que lo sea yo Señor? Aquí estoy, muéstrame tu voluntad.

Un abrazo fraterno

Promesa a un papá atribulado #mioracióndehoy

El Evangelio de hoy es duro, muy duro. Y conocido, muy conocido. Así que mi oración de hoy la he centrado en el salmo.

¡Qué preciosidad de salmo! ¡Me viene al pelo para empezar con fuerza este curso nuevo que se avecina con sus dificultades y sus retos! Habla del temor de Dios y de los frutos que tendrá quién teme. ¡Temor de Dios! Es, sin duda, una expresión que no se lleva y que produce, así a primeras, sentimientos agridulces. Cuando la entendí, hace ya algún tiempo, ¡me pareció tan bonito lo que expresa! El santo temor de Dios es el temor a quedarnos sin Él, a separarnos de su presencia, a hacer la vida a sus espaldas.Por eso ¡hay que temer! ¡Hay que mantener ese temor siempre encendido! La promesa del salmo es palabra del Padre: pégate a Dios, protégelo, cuida su presencia en tu vida, camina sus caminos… y los frutos serán abundantes.

El Señor me ha regalado el don de confiar en su Palabra y yo, leo esto, y me lo creo tan en lo profundo que llena mi alma de paz. Me anima a seguir construyendo mi familia, con sus dificultades y sufrimientos. Me anima a seguir enseñando la fe a mis hijos. Me anima a seguir luchando por crecer en amor en mi matrimonio. Me anima a seguir mirando al prójimo y responder a sus necesidades. Me anima a vivir austero y cercano al pobre. Me anima a rechazar mucho bienestar del mundo e invertir en bienestar eterno. Me anima a terminar mi carrera y luchar por mi vocación. Me anima a orar con perseverancia y a asistir a la Eucaristía. Me anima a poner mi vida en sus manos… ¿Hay mayor bendición que esta? Lo rezo y se minimizan las preocupaciones. No sé cómo pagar esa operación dental, ni si llegará el dinero para la flauta travesera del niño, ni si acertaremos en los detalles de la educación del día a día… Todo queda en sus manos. 

Como la primera lectura, repito para terminar «que el Señor de la paz nos dé la paz siempre y en todo lugar». La necesitamos.

Un abrazo fraterno

Estoy enamorado #loveisintheair

El Señor me corteja y yo me dejo. No ofrezco resistencia. Me dejo engatusar. Él sabe lo que me gusta. Su dulzura y su calor lo empapan todo. Estoy enamorado y este amor me abrasa. No hay rincón donde no le vea a Él. No hay segundo que no le eche de menos. No hay instante donde no piense en Él.