Evangelio para jóvenes – #Cuaresma2024 – Martes 1º Ciclo B

Cuando uno grita, el Señor lo escucha
y lo libra de sus angustias;
el Señor está cerca de los atribulados,
salva a los abatidos.
Sal 33

A veces gritamos poco pensando que nadie nos oye. O le gritamos a quién no le toca pagar los platos rotos de nuestras frustraciones. Dios está acostumbrado a oír gritos, lamentos, quejas… así que no tengas problema con eso. Gritar es mostrar que uno ya no puede más, que está al límite, que no es capaz de controlarse y poner buena cara. Tu grito habla de tu hambre, de tu sed, de lo que necesitas. ¿Cuál es tu grito?

Hoy la Palabra te recuerda que no hay grito que pase desapercibido ante Dios. Él escucha y está cerca. Esto tenlo por seguro. Eres escuchado y eres acompañado, acompañada. No hace falta que disimules. Recuerda: La Cuaresma es el tiempo de la verdad. No le cuentes historias, no intentes quedar bien o hacer como que no pasa nada. Grita desde tu ser. Él escucha.

Evangelio para jóvenes – #Cuaresma2024 – Lunes 1º Ciclo B

Los mandatos del Señor son rectos
y alegran el corazón;
la norma del Señor es límpida
y da luz a los ojos.
Sal 18

Piensas que todo lo que viene de Dios y de la Iglesia es algo «contra» ti, algo que limita, que priva, que corrige, que prohíbe… y vives con tensión alguno de los mandatos del Señor. Pero eso es porque no has experimentado de verdad la libertad que supone vivir según Dios, la confianza y la paz que se vive alejado de las esclavitudes de tu entorno, de tu mundo. ¿O es que te crees que eres libre y que Dios te quiere esclavo? Es justo al revés.

Dios te ama y sólo desea que viva en plenitud. No le gusta que te conformes con migajas…

Evangelio para jóvenes – #Cuaresma2024 – Sábado después de Ceniza

Esto dice el Señor:
«Cuando alejes de ti la opresión,
el dedo acusador y la calumnia,
cuando ofrezcas al hambriento de lo tuyo
y sacies al alma afligida,
brillará tu luz en las tinieblas,
tu oscuridad como el mediodía.
El Señor te guiará siempre,
hartará tu alma en tierra abrasada,
dará vigor a tus huesos.
Serás un huerto bien regado,
un manantial de aguas que no engañan.
Tu gente reconstruirá las ruinas antiguas,
volverás a levantar los cimientos de otros tiempos;
te llamarán “reparador de brechas”,
“restaurador de senderos”,
para hacer habitable el país.
Is 58, 9b-14

Así a primeras, apostar por Dios y por una vida según Dios es apostar al caballo perdedor. Tú lo piensas y yo, a veces, también. Hay otras opciones, otros planes, mucho más atractivas. Hay una manera de vivir la vida más divertida, placentera y, por tanto, más aceptada también. Parece mejor salir, bailar, ir de compras y cenar fuera que dedicar la tarde de un sábado a servir en un comedor social o en una residencia de ancianos. Parece mejor dedicar la mañana del domingo a correr, ir de excursión, disfrutar del descanso merecido… que ir a misa y aguantar un rito que no entiendo entre personas que no conozco. Parece mejor el sexo desenfadado y las relaciones sin compromiso que construir algo serio y costoso con una persona. Parece mejor pensar lo que tú quieres y necesitas para estudiar y ascender y ganar dinero, que preguntarse lo que el mundo necesita y qué puedes aportar tú.

El Señor te propone apostar por algo arriesgado y que, aparentemente, no brilla tanto en este mundo de filtros . Es una apuesta arriesgada pero auténtica. Es una apuesta en la que Él te garantiza que no estarás solo, sola. Es una apuesta en la que Él te promete brillar, ser feliz, ser útil, sentirte pleno.

Puedes dar el giro. Puedes cambiar de vida. ¿Por qué no fiarte si, total, sigues sintiendo ese vacío que te atormenta?

Evangelio para jóvenes – #Cuaresma2024 – Viernes después de Ceniza

Este es el ayuno que yo quiero:
soltar las cadenas injustas,
desatar las correas del yugo,
liberar a los oprimidos,
quebrar todos los yugos,
partir tu pan con el hambriento,
hospedar a los pobres sin techo,
cubrir a quien ves desnudo
y no desentenderte de los tuyos.
Entonces surgirá tu luz como la aurora,
enseguida se curarán tus heridas,
ante ti marchará la justicia,
detrás de ti la gloria del Señor.
Entonces clamarás al Señor y te responderá;
pedirás ayuda y te dirá: “Aquí estoy”».
Is 58, 1-9a

En este fragmento de Isaías se ponen de manifiesto los tres pilares de la Cuaresma: ayuno, limosna y oración. Vamos a decirlo de otra manera: tú, tu prójimo y Dios. Este «triángulo mágico» es el secreto de la vida, es el camino al cielo, es la llave de la felicidad, del Reino. No es posible prescindir de ningún vértice.

«No te desentiendas de los tuyos» te dice hoy el Señor, y «surgirá tu luz como la aurora, se curarán tus heridas» y, entonces el Señor te dirá «aquí estoy». ¿No te das cuenta? Quita tiempo a lo que te oprime y te quita libertad, a lo que te esclaviza y no te satisface, a lo que te genera dependencia. Quita tiempo a las redes, al móvil, a las relaciones tóxicas, a la necesidad de fiesta para olvidar tu sufrimiento. Ponte a servir: ¿tiempo de volver a la iglesia? ¿Es momento para un voluntariado? ¿Un rato más de oración? ¿Más lectura, ejercicio físico, sueño de calidad? ¿Más tiempo con los amigos de verdad, con la familia? Dale una vuelta.

Evangelio para jóvenes – #Cuaresma2024 – Miércoles de Ceniza

Convertíos a mí de todo corazón,
con ayunos, llantos y lamentos;
rasgad vuestros corazones, no vuestros vestidos,
y convertíos al Señor vuestro Dios,
un Dios compasivo y misericordioso,
lento a la cólera y rico en amor,
que se arrepiente del castigo.
Joel 2,12-18

Convertirse es cambiar. Y tú y yo tenemos unas cuantas cosas que cambiar. Dale una pensada. Hay tanto que no te satisface. Hay tantos lugares donde buscas felicidad y no la encuentras. Hay tanto tiempo que pierdes en banalidades. Hay tanto de tu carácter que no comprendes y que te gustaría domar. Hay tanto amor que anhelas…

Dios te espera sin reproches, sin malas caras, sin juicios, sin culpabilidades. Tal vez sea el momento de buscarle con tu mirada, de no evitarle, de enchufar tu corazón al suyo.

Cuaresma 2023 – Día 21 – Martes

En este momento no tenemos príncipes,
ni profetas, ni jefes;
ni holocausto, ni sacrificios,
ni ofrendas, ni incienso;
ni un sitio donde ofrecerte primicias,
para alcanzar misericordia.
Por eso, acepta nuestro corazón contrito
y nuestro espíritu humilde.

¿Sabes esos momentos en los que no te queda nada que ofrecer? ¿Sabes esas épocas áridas donde te han dado por todos los lados y no encuentras fuerzas para mantenerte en pie? ¿Conoces esos días en los que sientes una soledad, a veces difícil de soportar, y percibes que se te da la espalda? Como decía el otro, sólo se aprende a ser humilde siendo humillado. Cuánta verdad…

Y ahí toca rezar, aunque sólo sea para clamar misericordia, para pedir perdón, explicaciones, luz, ¡lo que sea! Dios acoge tu vida. Así, dura, sucia, rota… La acoge. PONGO MI VIDA EN TUS MANOS, SEÑOR. HAZ QUE MIS LÁGRIMAS SEAN FECUNDAS.

Cuaresma 2023 – Día 20 – Lunes

Naamán y toda su comitiva regresaron al lugar donde se encontraba el hombre de Dios. Al llegar, se detuvo ante él exclamando:
«Ahora conozco que no hay en toda la tierra otro Dios que el de Israel»

Un militar leproso, dos reyes, una criada y un profeta. Una historia de casualidades donde un hombre enfermo, sin esperanza, se pone en camino gracias a una criada que se atreve a hablarle de alguien, alguien que, en nombre de Dios, le rescatará de la muerte. También mi vida esta llena de casualidades. Conozco a esta de aquí, a esta de allá, me cruzo con aquel y de repente alguien le dice a alguien que otro alguien… Dios actúa.

Tú, Señor, buscas maneras de encontrarte conmigo y demostrarme que a tu lado vuelvo a nacer, que todo mi pecado queda borrado ante tu gracia. ¿Me atreveré yo, Señor, a salir a tu encuentro, a ponerme en camino, a dejarme llevar por aquellos que me hablan de Ti? CÚRAME, SEÑOR, Y LIMPIA MI PECADO.

Cuaresma 2023 – Día 18 – Sábado

¿Qué Dios hay como tú,
capaz de perdonar el pecado,
de pasar por alto la falta
del resto de tu heredad?
No conserva para siempre su cólera,
pues le gusta la misericordia.
Volverá a compadecerse de nosotros,
destrozará nuestras culpas,
arrojará nuestros pecados
a lo hondo del mar.

La Cuaresma es un tiempo de conversión. A veces pienso que nos equivocamos con esto. No se trata tanto de entablar una guerra con uno mismo. No se trata tanto de flagelarse y recordarse lo mal que uno hace ciertas cosas e intentar cambiar a base de esfuerzos inútiles. ¿También te pasa a ti que has intentado durante años cambiar estoy y aquello de ti mismo, de ti misma, y ahí sigue? Claro. Porque no se trata de eso. Es tiempo de conversión, sí, pero de dejar que tu corazón sea convertido por la misericordia de Dios.

Es tiempo de que yo reconozca mi pecado, mis errores, mis pasiones desordenadas, mi egoísmo y mis tiranías y, una vez reconocido, es tiempo de ir delante del Señor y decirle «estoy soy», «de este barro estoy hecho»… «convierte mi agua en tu vino». Su misericordia es lo único capaz de transformarnos. No nuestro esfuerzo. No nuestro deseo. No nuestra voluntad. Así que… ponte en manos de Dios. Vete a recibir el sacramento del perdón. Y déjate curar, sanar, salvar y amar por Él. DESTROZA MI PECADO, SEÑOR, CON TU MISERICORDIA. CONVIERTE MI CORAZÓN.

Cuaresma 2023 – Día 17 – Viernes

José fue tras sus hermanos y los encontró en Dotán. Ellos lo vieron desde lejos y, antes de que se acercara, maquinaron su muerte. Se decían unos a otros:
«Ahí viene el soñador. Vamos a matarlo y a echarlo en un aljibe; luego diremos que una fiera lo ha devorado; veremos en qué paran sus sueños»

Cómo duele, Señor, cuando los de más cerca te hacen daño. Cómo duele cuando los hermanos, las personas de confianza, la familia, tus amigos… no entienden tu manera de vivir, tu manera de pensar, tus anhelos y sueños. Cómo duele que se sientan amenazados por uno. Cómo duele cuando las puñaladas, la rumorología y el desprecio vuelan dentro de la propia Iglesia.

Y aún así, tú estás ahí, esperando que llegue el tiempo propicio para que ese dolor, esas lágrimas, se conviertan en semilla de tu Reino. NO TE VAYAS CUANDO ME DAÑEN, SEÑOR. CALMA MI DOLOR.

Cuaresma 2023 – Día 16 – Jueves

Bendito quien confía en el Señor
y pone en el Señor su confianza.
Será un árbol plantado junto al agua,
que alarga a la corriente sus raíces;
no teme la llegada del estío,
su follaje siempre está verde;
en año de sequía no se inquieta,
ni dejará por eso de dar fruto.

Confío en ti, aunque hay momentos en los que cuesta. Tú también sabes lo que es eso, Señor: confiar en la peor de las adversidades. Confiar, poner la mirada en Dios y no temer. Puede parecer irracional pero no lo es si sabes en qué manos depositas la vida. Estoy inquieto, Padre, por lo que va a venir. Estoy inquieto por lo que me espera. Necesito confiar en ti y no dejar que mis heridas, mis miedos y el veneno que conocí algún día, tomen el control.

Confiar en ti es reconocer que no estoy solo. Confiar en ti es reconocer que el mal no vence. Confiar en ti es reconocer que me amas y me proteges. CONFÍO EN TI, PADRE. HÁGASE EN MÍ SEGÚN TU PALABRA.