Una vida intachable (Salmo 118)
Me gustan el libro de Proverbios y los salmos de estos últimos días. Nos hablan de la vida, de la vida concreta, de la vida diaria. Nos hablan de una vida intachable.
Uno es pecador, limitado, pequeño y torpe. Pero aspiro a una vida intachable. Es el horizonte. Es la referencia. No me agobio por no llegar pero lucho por estar cada día más cerca. Porque, a la postre, Jesús nos llama a decidir, minuto a minuto, a optar por ser y estar de una manera concreta en cada instante de mi vida.
Desde que me levanto hasta que me acuesto, Jesús me invita a optar. A optar en los detalles de la oficina, en las relaciones cotidianas, en los lugares comunes, en los barrios concretos de cada día. No hay lugar a la incoherencia. No cabe la distancia entre lo que creo y predico y lo que hago finalmente.
O soy de Cristo, o soy Él entre los hombres, o no. No cabe la mediocridad libremente elegida.
Un abrazo fraterno