El perfume de la esperanza (Hb 6, 10-20)
Algunos dicen que el mundo está cada vez peor. Otros nos comentan que, estadísticamente, nunca ha estado mejor. El caso es que el color que lo envuelve todo, al menos así lo percibo yo, es fuerte, denso, oscuro, tristón. Como leía el otro día en el periódico, hay una auténtica crisis de estado ánimo; crisis que, seguramente, es consecuencia de otras crisis previas. A veces, como padre, pienso en el mundo que vivirán mis hijos y trago saliva…
Pero la palabra de hoy de Pablo a los Hebreros me anima ciertamente, porque me recuerda que es la esperanza la que me va a permitir no dejarme llevar por la desazón y tener mi confianza plena en el Señor. La esperanza que no es tragar con todo, mirar la realidad con ingenuo optimismo, ni descargar en Dios toda responsabilidad… La esperanza es más bien perfume, intuición, alimento perenne y seguro. Esperanza en la bondad del hombre, en la fuerza del Espíritu, en la promesa de Dios. Que así sea, amén.
Un abrazo fraterno – @scasanovam