No estaba en sus cabales (Mc 3, 20-21)
No estaba en sus cabales… ¡Estaba loco! Eso es lo que pensaban de Jesús sus familiares. No era normal, no era usual, que alguien hiciera lo que Jesús hacía: andar con tanta gente, comer con tanta gente, predicar de aquella manera, curar enfermos, enfrentarse con los sumos sacerdotes y con los escribas… ¡Estaba loco! Una cosa era ser piadoso y otra muy distinta ser un revolucionario, desafiar lo establecido, proclamar la verdad a los cuatro vientos…
¡Vamos a buscarle porque se lo cargan! Eso debían de pensar los familiares que, entre miedo, amor y vergüenza, fueron a buscarle en este pasaje. La gente hablaba, murmuraba. Seguro. No podemos estar en boca de la gente… se dijeron esos familiares…
Hoy también sucede algo parecido Señor. No somos libres del todo. Cuando uno empieza a hacer una serie de cosas la gente, incluso la propia familia, te empieza a mirar raro. Cuando abres tu casa a la gente, cuando vives la fraternidad, cuando antepones tus valores a tus proyectos, cuando gastas tu tiempo libre en los demás… Cuando más pasos das hacia la radicalidad evangélica… más se murmura, más miedo entra, más vértigo…
Dame Señor fuerzas para hacer lo que me pides y una roca sobre la que construir mi casa para que cuando lleguen los momentos en los que hasta mi familia me tome por loco, yo te tenga claro a Ti, Padre.
Un abrazo fraterno