¿Padre? ¿Nuestro? (Mt 6,7-15)
Leyendo cómo algunos viven la Cuaresma, bien parece que estamos siendo probados por un Gran Hermano. ¡Qué agobio! Retos, pruebas, superaciones… cualquier día empezamos con las clasificaciones y los récords del mundo. Cuánto nos cuenta acoger el don y agradecer lentamente, sin prisa, ser hijos de un Padre como el que tenemos.
«Abbá» sigue siendo manera sacrílega de tratar al Todopoderoso. Alguno diría hoy que es un término que desacraliza al Absoluto. Así estamos, Señor. Yo, mientras, voy descubriendo cada día más la importancia de saberme querido y cuidado por Ti.
Me preocupan más mis hermanos. A veces me olvido de ellos, ¿sabes? Me quedo con los que tengo cerca, con los que no son incómodos y, sencillamente, acepto que otros… anden casi huérfanos por el mundo. Me ruborizaría que te me presentaras delante y me preguntaras por tantos… ¿Cómo hacer más? ¿Cómo amar más?
Padre nuestro… aliméntame, perdóname, protégeme.
Un abrazo fraterno – @scasanovam