Sanos y enfermos #sígueme
Leyendo el Evangelio, uno tiene la tentación de dividir el mundo en sanos y enfermos. Esto tiene un problema evidente, el mismo que surge siempre que planteamos la vida en dos caminos excluyentes. No pega con Jesús esto. Lo primero es que yo no sabría bien cómo posicionarme porque si bien reconozco de mi «enfermedad» y mi «necesidad de curación», también descubro aspectos, actitudes, etc. sanas en mi vida.
Por tanto, lo que la Palabra me dice hoy no es que el mundo esté dividido en sanos y enfermos sino que todos tenemos un porcentaje de ambas realidades. Jesús viene a mí, a ti, a cada uno, a curar nuestra parte enferma, nuestra herida, nuestra oscuridad. Sabe que está ahí la sed, la mediocridad, el dolor…
Yo te abro las puertas, Señor. Necesito que me cures. Reconozco mi daño, que no me deja vivir bien. Cúrame para poder seguirte de manera adecuada.
Un abrazo fraterno – @scasanovam