Los labios y el corazón (Mc 7,1-13)
Los labios y el corazón. Una cosa es hablar y otra amar, que diría el otro. El reproche que hoy hace Jesús al pueblo, lo hago mío también. Yo tengo las cosas bastante claras en la mente. Predico bien lo que se supone que es seguir a Jesucristo. Incluso me atrevo a escribir artículos y oraciones, poniéndome en la brecha y contando a muchos de qué va esto de ser cristiano y de ser Iglesia. Pero hoy recibo este reproche con inquietud, porque veo que en mi vida no toda se ajusta a lo que predico y que por un lado va lo que digo y, muchas veces, por otro lo que hago.
Es más fácil decir «te quiero» que querer de verdad. Es más fácil decir «te sigo» que seguirte de verdad, Señor. Es más fácil decir «hágase tu voluntad» que luego aceptarla con alegría y esperanza.
Por eso, creo, el Espíritu nos ha regalado al Papa Francisco en este tiempo. Él nos recuerda continuamente que la letra, la norma, la doctrina… es importante, pero sólo si no está vacía, si no está hueca en nuestra vida. Sólo el amor basta, sólo el amor salva.
Un abrazo fraterno – @scasanovam