#Obedecer a Dios antes que a los hombre
Pues vivimos unos tiempos en los que nos vamos a encontrar a menudo con esta tesitura, porque obedecer a los hombres significa, a veces, ir en contra de lo que trae el Reino de Dios a la Tierra.
Por lo de pronto, obedecer ya no nos resulta fácil. Es un verbo obsoleto, de cuando se maltrataba a los niños en la escuelas y las mujeres no movían un dedo sin que lo supieran sus maridos. Es un verbo marcial. Cualquier día lo quitamos del diccionario por atentar contra las libertades adquiridas con tanto sufrimiento. Lo curioso es que yo a mis hijos les pido que me obedezcan unas cuantas veces y yo obedezco también a mis superiores, por ejemplo.
Si me apuráis nos gusta obedecer al mundo, incluso, y nos plegamos a lo que nos imponen culturalmente, estéticamente, económicamente, socialmente… pero a Dios se lo cuestionamos todo.
Señor, dame valor para no abandonarte nunca, para seguir tus pasos y para obedecer tu Palabra.
Un abrazo fraterno – @scasanovam