La más pequeña de las semillas… (Mateo 13, 31-35)
Todos y cada uno de nosotros estamos llamados a ser ese grano de mostaza del Evangelio, levadura en medio de la gran masa. Es verdad que, en determinados momentos, un pueblo, una sociedad, necesita grandes manifestaciones, grandes líderes, grandes… pero no nos olvidemos que la Historia se ha ido construyendo gracias al trabajo y al amor de los pequeños granos de mostaza que, siendo poca cosa, han sido capaces de arrastar como río bravo que baja la montaña.
Descubro cada día como tengo la oportunidad de hablar con personas que se me acercan buscando algo. No sé lo que ven, lo que perciben de mi, pero algo es. Tal vez es el grano de mostaza del Reino, que ha ido creciendo en mi… Lo cierto es que a veces me hago consciente de la cantidad de personas, familias, instituciones… que uno toca con su forma de ser, de estar, de amar… No es poca cosa. No es pecata minuta. Tontos somos pensando que no podemos cambiar las cosas. Si cada uno tomara conciencia de ésto, el mundo cambiaría, estoy seguro.
Un abrazo fraterno