Publicanos y otros (Lucas 5,27-32) – Sábado después de Ceniza

Leví (Mateo) estaba a sus cosas. Era un día cualquiera. Su cotidianeidad era, posiblemente, sacar lo peor de sí y exprimir a impuestos al pueblo judío con tal de sacarse él algún beneficio de Roma. Me imagino que sería un hombre olvidado hacía ya mucho tiempo de quién era, un hombre perdido, vendido y despreciado por sí mismo. Insatisfecho y terriblemente inplacable con aquellos que acudían a él. Era con ellos con los que pagaba toda la mierda que llevaba dentro.

Un día una voz se alza sobre la otras. Una voz distinta, una voz que va directa a su corazón, que conecta privilegiadamente con aquello que Leví era en verdad. Era una voz llena de autoridad y llena de amor. ¡Alguien había sido capaz de ver lo mejor de Leví! ¡Alguien había sido capaz de devolverle a Leví toda la dignidad queél había decidido dilapidar durante tantos años!

Leví vuelve a nacer con Jesús. Se redescubre, se levanta de su letargo, se mira con ojos nuevos. Leví siente que ha sido llamado por alguien que pasa por encima de toda su mierda, alguien a quien poco le importa ya lo que él ha hecho sino que lo mira con ojos novedosos, que lo impulsa hacia adelante. Alguien que cree en él.

Para los que no son capaces de descubrir en Leví a un hijo de Dios, para los que no son capaces de mirar a Leví con amor, de perdonar, de ir a lo mejor de él… esto se convierte en un acto sin sentido del Maestro, en una locura, en un sacrilegio. No entienden absolutamente nada. No entienden la lógica de Jesús. No entienden que vaya a casa de Leví y se junte con toda «aquella gente despreciable» que tanto daño les había hecho. Se llenan de indignación, de rabia. Un calor insano les invade por dentro y gritan alocados al Maestro pidiéndole que no lo haga.

Jesús no tuerce su mirada. Sabe lo que tiene que hacer. Y lo hace. ¡Leví ha resucitado!

Un abrazo fraterno

El ayuno ( Isaías 58,1-9a) – Viernes después de Ceniza

«El ayuno que yo quiero es éste:

Abrir las prisiones injustas,
hacer saltar los cerrojos de los cepos,
dejar libres a los oprimidos,
romper todos los cepos;
partir tu pan con el hambriento,
hospedar a los pobres sin techo,
vestir al que ves desnudo,
y no cerrarte a tu propia carne.

Entonces romperá tu luz como la aurora, en seguida te brotará la carne sana; te abrirá camino la justicia, detrás irá la gloria del Señor.
Entonces clamarás al Señor, y te responderá; gritarás, y te dirá: «AQUÍ ESTOY.»»

Cargar con mi cruz (Lucas 9,22-25) – Jueves después de Ceniza

En este primer día de Cuaresma tras la Ceniza me encuentro con esta lectura del Evangelio que me transporta inevitablemente a un retiro hecho hace muchos años en Bastiagueiro (Coruña) en el que me di de frente con la música de Glenda y con la posibilidad de hacerme escolapio.

Una relación de 5 años y medio había terminado hacía poco y mi vida estaba patas arriba. Y en el retiro se abrió una posibilidad siempre presente en mi: ¿querría Dios que me hiciera escolapio? ¿Era ese el camino que Dios soñaba para mi? ¿Era mi felicidad? Fueron ´días muy llenos y muy plenos. Fueron días, los del retiro y los posteriores, de gran discernimiento personal y de gran paz. Cuando uno está dispuesto a dar su vida allí donde es llamado… el corazón reposa. Tuve claro, y lo sigo teniendo, esto que dice Jesús y que canta Glenda de manera tan conmovedora: ¿para qué me sirve el mundo si pierdo la paz, si me pierdo a mi mismo?

Doce años después creo haber respondido adecuadamente y creo estar donde se me pide. Esther y yo hemos ido tomando decisiones que nos han ido complicando la vida. La hemos ido dando entendiendo que esa manera de entregarla era construir el Reino. Las consecuencias siempre llegan. Seguir a Jesús es cargar con una cruz, con la pesada carga de ir contracorriente, de luchar por la justicia, por la educación, por la paz, por el amor.

Pero hoy creo que todavía estamos llamados a más y en este momento de tremenda oscuridad en una sociedad acomodada y autocomplaciente, me arde el corazón pensando que estamos ante una cruz dolorosa que tenemos que agarrar y llevar.

Con Él llegaremos.

Un abrazo fraterno

Rasgad los corazones (Joel 2,12-18) – MIÉRCOLES DE CENIZA

Rasgad los corazones y no las vestiduras…

Hoy es Miércoles de Ceniza y da comienzo la Cuaresma un año más. Una nueva oportunidad para rasgar mi corazón y ayunar de muchas cosas, para dirigir mi espíritu hacia el Señor, para tomar conciencia de quién soy y de quién es Él en mi vida.

Hoy comienza el camino hacia la Pascua. Es un tiempo de preparación que coincide una vez más con una profunda crisis en la sociedad en la que vivo. La gente sale a la calle a protestar por los recortes que hacen los gobiernos. Gente desesperada muchas veces, desesperanzada… que empieza a sufrir en sus carnes las injusticias que otros muchos llevan años viviendo.

Este primer día de Cuaresma quiero empezar a purificar mi corazón y a preguntarme en qué he colaborado yo en todo esto, cómo puedo ayudar a que se termine… Quiero centrarme en mi corazón y no tanto en las medidas de un gobierno. Yo puedo y debo ser el protagonista de una revolución mucho más profunda y eficaz que la que se está dando.

Que el Señor me ayudE y me proteja.

Un abrazo fraterno

Él te sustentará (Salmo 54)

ENCOMIENDA A DIOS TUS AFANES, ÉL TE SUSTENTARÁ.

Los esfuerzos de una familia como la mía para salir adelante día tras día, en medio de este ruído, son verdaderamente ímprobos. Intentar trabajar en España, buscar trabajo y mantener en el que uno tiene, no es fácil hoy. Empezar a sentir la soga en el cuello de una economía familiar que sufre los efectos de meses de paro y que debe sostener a cinco miembros, es algo no especialmente agradable. Intentar educar a tres hijos para que crezcan sanos física y emocionalmente, con sus deberes y derechos, respetando la individualidad y la obra que Dios hizo en cada uno… es costoso en esta sociedad frívola, consumista y algo enfermiza.

Por eso me complace encontrarme con este Salmo a las puertas de la Cuaresma. Santiago llama al cambio en la primera lectura y el Salmo nos recuerda que Dios está con nosotros, a nuestro lado. Afronto la Cuaresma con ilusión y con el corazón abierto. Y además me he dispuesto a llevar a cabo la iniciativa que mi hermano JF propone en su blog «Preguntarse y buscar». ¿Por qué no te animas?

Un abrazo fraterno

Tengo fe, pero dudo; ayúdame (Marcos 9,14-29)

Hoy hago mías las palabras del padre del muchacho del Evangelio: Teengo fe, pero dudo. Te pido Señor que me ayudes. Porque a veces no es fácil creer. Porque a veces nos fácil quererse ni querer. Porque a veces desconfío de tus designios. Porque a veces creo más en mi que en Ti. Porque a veces quiero coger atajos. Porque a veces pienso que no necesito ayuda.

Señor, ayúdame.

Un abrazo fraterno

La fe sin obras es inútil (Santiago 2,14-24.26)

Estoy sentado frente al ordenador ligeramente crispado y enfadado. Cosas que pasan. Y me encuentro con esta lectura de Santiago y posiblemente con uno de los Evangelios más claros y comprometedores de toda la Escritura.

Está bien creer, amar a Dios, ir a misa y predicar con buenas palabras pero… ¿Qué hago luego? ¿Qué hago con los pobres que me encuentro, con las personas que necesitan de mi cariño o de mi tiempo? ¿Qué hago con las injusticias que veo? ¿Qué hago con los dones que se me han dado? ¿Cuáles son mis obras? Ahí me juego todo mi ser cristiano.

Y no es fácil. No son obras al uso. Exigen entrega y, muchas veces, te obligan a «perder». Ya me lo dice Jesus en el Evanglio: quien quiera venir conmigo… ¡que venga preparado! Perderá la vida. Ufffffff…

Qué vértigo…

Un abrazo fraterno

La ley perfecta (Santiago 1,19-27)

¿Cuál es la ley perfecta? LA LEY DE LA LIBERTAD.

En verdad que la lectura de la Carta de Santiago de hoy es impresionante. Invita a ser libres, a poner la Palabra en práctica, a no quedarse en palabrería y buenos propósitos. Invita a mirarse al espejo y contemplarse, conocerse, reconocerse, quererse, descubrirse…

En momentos difíciles como los que estamos viviendo, con una gran crisis económica y de valores encima, es bueno reforzar y cuidar todo el jardín interior de cada uno. Estamos llamados en estos tiempos de incertidumbre, preocupación y necesidad a ser las manos de Jesús, su voz, sus pies, su rostro… llamados a ser Buena Noticia y también profetas de nuestro mundo. Toda una tarea.

Que el Señor nos ayude.

Un abrazo fraterno

Effetá

El cansancio de hoy no me impide degustar esta palabra tan brutal que Jesús trae para mi: EFFETÁ («Ábrete»).

Jesús hizo vida esta palabra dando voz a los mudos y permitiendo oir a los sordos. En el bautismo, muchas veces, se utiliza para que sea signo de aquello que queremos que Jesús haga con el bautizando y también de aquello que, una vez bautizado, el cristiano debe hacer: proclamar la Palabra de Dios.

Un abrazo fraterno

Procurando pasar desapercibido (Marcos 7,24-30)

Hay actitudes de Jesús que me llaman mucho la atención porque me confrontan con mi propio estilo y me indican el mejor camino. La de hoy es una de ellas. Yo no soy de los que le gusta pasar desapercibido. He aprendido mucho en estos últimos años al respecto pero todavía me cuesta permanecer en la oscuridad, no buscar cierto protagonismo… y Jesús viene y me enseña.

Hace algún tiempo descubrí que posiblemente tras mi vestido de hombre seguro y satisfecho algo se esconde en forma de necesidad de estima y sé que necesito refuerzos positivos. Desde que lo descubrí he procurado crecer e irme despegando de esa necesidad por ir descubriéndome valioso y por sentirme querido y amado por Dios y por muchas personas.

Lo de pasar desapercibido sigue estando pendiente. Por eso hoy fijo mis ojos en el Señor…

Un abrazo fraterno