DOMINGO DE RAMOS: El Señor Dios me ha hecho oír sus palabras y yo no he opuesto resistencia ni me he echado para atrás

Llevo esperando este Domingo de Ramos muchos días. Es el pistoletazo de salida de la Semana. Y este año es especial. Por primera vez desde que llegué a Madrid me siento parte viva de una comunidad parroquial y DESEO celebrar este domingo a su lado, con ellos, con mis hijos, con mi mujer… Juntos…

El Domingo de Ramos siempre ha sido el día de la lectura entera de la Pasión que tanto me gusta desde que era niño. Es el fragmento dramático de una historia que cambió el mundo, el desenlace de una apuesta de Dios por los hombres…

Y es también el día del olivo y de la palma, de la procesión… Un día especial y lleno de liturgia y símbolos.

Este año también es especial por la noticia que me ha llegado de Roma, porque hace 1 hora he comprado ya el billete para participar en el primer encuentro de bloggers que convoca el Vaticano.

Y ya metiéndonos en oración… ¡qué bella la lectura de Isaías! Es para saborearla durante toda la semana. Es mostrar la cercanía cómplice de Dios conmigo. De un Dios que regala y concede… y de mi respuesta y sus destinatarios. El Señor despierta mi oído, el Señor me regala una lengua privilegiada, el Señor me habla… ¿Y yo? ¿Aliento al abatido? ¿Acepto las dificultades que esto comporta? Yo personalmente me siento muy cuidado, acompañado y fortalecido. Confío en que soy instrumento y que el Señor es quien dará mejor uso de mi si estoy dispuesto a no echarme para atrás. Eso intento sabiendo de las consecuencias que nos enseña la Pasión…

Espero compartir al máximo mi oración esta Semana Santa. Os deseo lo mejor para todos. Juntos en la fe.

Un abrazo fraterno

Encuentro mundial de bloggers en el Vaticano

Hoy he recibido la noticia via Facebook de que soy uno de los 150 bloggers de todo el mundo que el vaticano ha seleccionado para participar en Roma el 2 de mayo en el primer encuentro de este tipo. Estoy muy muy contento. Por todo. Porque creo que esto vale la pena y ese encuentro también.

Allí estaré si Dios quiere.

Gracias a todos

Ten piedad (Salmo 50)

Hoy no encuentro en las lecturas nada. No sé si estoy bloqueado, cansado, preocupado, triste… o si las lecturas son demasiado complejas o demasiado ninivitas para mi. Lo cierto es que lo que me sale del corazón es poner mi oración al servicio del pueblo japonés, de sus muertos, de sus supervivientes, de los que con tanto esfuerzo están ayudando para reconstruir poco a poco la vida y minimizar los daños que todavía pueden estar por llegar. Me da cierta vergüenza ver los debates en los que estamos enfrascados en Occidente, el oportunismo político, las sandeces periodísticas… en contraste con el esfuerzo de los millones de personas que pueblan Tokyo y alrededores para ponerle la cara al destino.

Dios está ahí. Intentando buscar supervivientes en los escombros. Calmando el lloro de los niños a los que el miedo les ha calado hasta lo profundo. Acariciando el corazón de los que han perdido a seres muy queridos bajo el agua. Enla valentía de los que pelean minuto a minuto con piscinas de combustible, reactores, núcleos… Dios está en los que no se han pensado el ir a echar una mano. Dios está en el abrazo de unos a otros, en la mirada del que quiere seguir… Una presencia muy discreta pero real.

Yo, mientras, sólo puedo orar desde mi posición de espectador del sufrimiento ajeno. da vergüenza hasta decir que te duele la cabeza.

Un abrazo fraterno que llegue a todo Japón.

OS ANIMO A ENCADENAR UNA ORACIÓN CON VUESTROS COMENTARIOS. JUNTOS, REZANDO POR JAPÓN.

Ya sabe lo que ustedes necesitan (Mateo 6, 7-15)

Yo estoy convencido de esto. Más que pedir mis oraciones están llenas de acción de gracias. Sé que Dios sabe lo que necesito, quién soy y lo que es mejor para mi. Nunca me he puesto a pedir chorradas… ni siquiera en momentos duros en los que personas queridas estaban en una situación difícil pedí salvación o milagro. Siempre intento dejarlo todo en sus manos sabiendo que su Amor es mayor que mi capacidad de comprender qué  es lo mejor.

Ayer en la Cuaresma expresé mis compromisos de Cuaresma: mantener la oración diaria y cuidar mi descanso. Ya os iré contando el cumplimiento.

Un abrazo fraterno

Conmigo lo hicisteis (Mateo 25,31-46)

Un cristiano no puede ser indiferente. Son palabras antónimas. Yo me veo un poco mediocre en este punto. Es fácil enarbolarse en argumentos ya manidos sobre la fuerte del sistema y lo difícil que es salir de él. El caso es que sí tengo mi sensibilidad y conciencia educada para poder ver a los que sufren pero a veces no soy capaz de traducir esa sensibilidad en acciones concretas, y humildes, que ayuden a mitigar el sufrimiento del hermano en la medida de lo posible.

No puedo decir mucho más. Creo que está claro. Padre, acoge mi plegaria y dame luz para ser cada día más como Tú.

Un abrazo fraterno

¿Para qué ayunar, si no haces caso? (Isaías 58,1-9a)

Recuerdo la Cuaresma que vivía de niño en casa. Seguramente era muy similar a la Cuaresma de muchos de los que ahora rondamos los 35. Recuerdo cómo fielmente no se comía carne los viernes. Esa norma sigue activa en la Iglesia aunque me juego algo a que nadie sabe muy bien por qué. En mi casa era día de pesacdo o tortilla de patatas o pasta con tomate… y lo cierto es que nadie me explicó el por qué de aquello. Lo que es cierto era que era algo que ayudaba a vivir aquel tiempo como algo importante, especial, distinto…

Sigo pensando hoy que los sacrificios porque sí no tienen mucho sentido pero sí tiene sentido vivir la Cuaresma hacia dentro, en silencio, y con la firme intención de descubrir que tiene Dios que decirme y prepararme para vivir el Triduo y la Pascua.

Como padre creo que familiarmente somos capaces de vivir el adviento adecuadamente. Preparamos juntos la Corona, cantamos villancicos, adornamos la casa y vemos algún trocito del nacimiento de Jesús. La Cuaresma me cuesta más. No quiero quietar la carne de los viernes, primero porque ni siquiera yo me acuerdo. Pero algo hay que hacer para vivir juntos este tiempo. Que el Señor me ilumine…

Un abrazo fraterno

Te pongo delante la vida y el bien, la muerte y el mal (Deuteronomio 30,15-20)

Ahí está. Delante de nuestros ojos. La vida y la muerte. Y toda la gama de grises que pillan entre el blanco y el negro. Ahí están.  Yo siempre he dicho que cuando me acuesto es cuando vienen a mi mente y a mi corazón los reflejos más emocionales de la vida que estoy viviendo: las heridas que no están curadas, los proyectos inacabados, lo conseguido, los pasos dados, lo que tengo, lo que sueñi, lo que he perdido, mis elecciones… Meterse en la cama a veces es enfrentarse a un espejo difícil de encarar.

Hoy el Evangelio y la Palabra me invitan a eso de nuevo. A mirar mi vida y las opciones que siguen presentándome delante. me da mucho miedo perder la normalidad, el sosiego, la paz de la que disfruto hoy por hoy pero… ¿no será comodidad, no será huída, no será inseguridad? ¿Dónde está la vida realmente? ¿A qué me invita el señor?

Nuevas posibilidades se me van presentando y nuevas decisiones se ciernen sobre mis hombros. Hay que elegir.

Que el señor me ilumine y me proteja.

Un abrazo fraterno

Éste es el tiempo favorable (II Corintios 5, 20-21; 6, 1-2)

El mundo vive en crisis. La economía maltrecha de estados y familias está haciendo estragos en muchas de ellas que han visto durante estos meses, años, cómo muchos o todos de sus miembros han ido quedándose sin trabajo, con poco comer… dependientes de ayuda de otros. El mundo vive también atónito la revolución en muchos pueblos árabes que ha provocado muchas muertes y cuyos fundamentos y desenlace desconocemos. El mundo vive desquiciado y en crisis de valores y libertad también.

A nivel personal y familiar son momentos también de dificultad. La llegada del pequeño Juan ha llenado los rincones de vida y alegría pero a la vez ha traído más trabajo, más gastos, la necesidad de reorganizar y recolocar aquello que ya estaba organizado y colocad. Incertidumbre laboral también que genera inquietud…

Y hoy, miércoles de Ceniza, me encuentro con estas magníficas lecturas. Y, sobre todo, con esta magnífica noticia: ÉSTE ES EL TIEMPO FAVORABLE. Gran noticia que me pone los pelos de punta y me hace arrodillarme ante mi Señor y ponerme en sus manos suplicándole cuidado y perdón. ¡Hermoso el mensaje que los cristianos estamos llamados a proclamar en este mundo en crisis! ESTE ES EL TIEMPO FAVORABLE.

Desgarremos nuestros corazones y preparémonos para la Pascua.

Un abrazo fraterno

Lo que es del César (Marcos 12, 13-17)

Es verdad que los cristianos formamos parte del mundo y vivimos en una sociedad de la que tenemos no sólo derecho sino también obligación de hablar, criticar, denunciar y todo lo que queramos. El peligro viene cuando hacemos como los fariseos de hoy: mezclar política con fe para ver si entre todos nos hacemos un lío, mezclamos todo y así nadie se entera de nada.

Yo intento tener las cosas claras a este respecto: lo que hay que hacer es luchar por el Reino, por la Justicia, por la Verdad, por la dignidad de los hombres… ¡esto claro que nos implica meternos en política, en movimientos ciudadanos, etc! Pero tengamos cuidado de no unir fe y religión con un partido, con un interés… Al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios.

Un abrazo fraterno

La parábola iba por ellos (Marcos 12,1-12)

Esta actitud de los sacerdotes y escribas y ancianos del Evangelio de hoy es una actitud que me espanta y me provoca un rechazo brutal: no aceptar la crítica, perseguir al que opina diferente, ponerse a la defensiva ante el que defiende otra manera de hacer las cosas…

Jesús hablaría en parábolas pero lo hacía claro y creo que esta gente tenía miedo de que la gente entendiera por dónde iban los tiros y perder todo el poder acumulado a base de oprimir espiritualmente a las personas. Y se ponen de uñas.

Eso sigue pasando hoy a veces. Salvando las diferencias pero no me gusta la actitud que tenemos en la Iglesia muchas veces de ponernos a la defensiva, sentirnos perseguidos, querer ser no sólo respetados sino intocables, exentos de crítica… en la sociedad a la que pertenecemos y a la que evangelizamos. Miremos más a Jesús y cómo se movió Él entre la gente y descubriremos una manera sencilla, alegre, atrayente y hasta campechana de ser testigo del amor. Es más, me atrevo a afirmar que las personas de Iglesia que son de esa manera consiguen aquello que se proponen. Los otros… sólo se encuentran con puertas cerradas.

Un abrazo fraterno