Descubre a los pobres sus caminos (Salmo 24)

Claro que sí. El Señor siempre entreabre la puerta y muestra el sendero.

Me viene a la mente la segunda película de la saga de Narnia y ese momento en el que los Reyes del pasado, Lucy, Edmund, Peter y Susan, buscan cómo atravesar un río y un acantilado. La única que se fía, que confía, que es capaz de percibir a Ashlan pese a su silencio y su ausencia, es la que es capaz de encontrar el sendero.

Siempre hay camino, siempre hay sendero y siempre aparece. Y una de las claves la trae el salmo: ser pobre. Ser pobre es sentirse necesitado de mucho porque es saberse poseedor de poco. Es saber que los dones de uno son regalados y sentirse desprendido de las cosas materiales, del tener, del dinero, del poder… Ser pobre es una manera de presentarse a Dios.

En este Adviento que ha traído un nuevo miembro a mi familia, el pequeño Juan, yo me presento pobre ante el Niño que nace. Los caminos me serán descubiertos, no lo dudo.

Un abrazo fraterno

Así tendréis ocasión de dar testimonio (Lucas 21, 12-19)

A veces nos echamos las manos a la cabeza porque nos sentimos perseguidos, desdeñados, separados… vemos como nuestra fe, nuestras costumbres, nuestra religión, que antaño era importante para el Estado, ha dejado de calar tan fácilmente entre las personas y pasa a ser algo demasiado «raro». Pero Jesús ya nos advirtió de que esto pasaría: en lo personal y en lo social. El mensaje evangélico y su radicalidad genera controversia y persecución. Pero como Él dijo: ahí tendréis ocasión de dar testimonio. Desde mi punto de vista ésto no significa abanderarnos en las banderas ultras y poco dialogantes sino más bien al contrario: estar más contentos, radiantes, felices y bien perfumados que nunca. Ver el momento como una ocasión para replantearnos cosas, acercarnos a los hermanos que no piensan como nosotros, hablar de Buenas Noticias y sentir en lo más profundo de uno que Dios está contigo.

¿De verdad es tan horrible lo que pasa hoy en día?

Un abrazo fraterno

El grupo que busca al Señor (Salmo 23)

Me considero del grupo de los que buscamos al Señor, de los que le buscamos continuamente, en todas partes, a todas horas. Y también del grupo de los que se lo han encontrado.

Va a nacer mi tercer hijo en pocas horas, en menos de 72 horas… Una mezcla de vértigo, emoción y confianza se entremezclan en mi corazón. Y es ahora cuando mis ojos miran al cielo. Aquí estoy, soy pequeño. Ayúdame.

Un abrazo fraterno

Al que tiene se le dará (Lucas 19, 11-28)

He experimentado en mi vida, y lo sigo haciendo, que cuando uno decide poner en juego sus dones y aquello que el Señor le ha confiado, sale reforzado, beneficiado, se multiplican los frutos ajenos y los propios. Al fin y al cabo jugar es responder a una confianza, a la confianza del que te ha elegido y piensa que tienes lo suficiente para llevar a cabo determinados encargos. Es como cuando un entrenador hace la alineación y te llama del equipo filial: sorpresa, emoción, incredulidad… -«¿Qué puedo ofrecer ya en un equipo como este?» – te puedes preguntar… Pero es el míster el que te conoce, te ha visto y sabe lo que puedes aportar en un partido concreto. Salir al campo sin presión y sin miedo no siempre es fácil pero a todos los entrenadores del mundo les gusta más alguien que propone cosas, que busca el balón, que no se esconde, que encara y que lo intenta… que otro que por miedo a hacerlo mal esconde todo lo bueno que sabe y prefiere devolver todos los balones que le llegan.

Un abrazo fraterno

El amor primero (Apocalípsis 1, 1-4; 2, 1-5a)

Esto se merece la séptima sinfonía de Beethoven. Uf. El amor primero. El amor primero…

El amor primero es una locura maravillosa. Es un sinvivir que te eleva a las alturas y te hace sentir vivo.
El amor primero te pone todo patas arriba. Ya no sabes por donde andas pero… te da igual.
El amor primero es apasionado y vive con intensidad cada momento del que goza: las presencias y las ausencias.

El amor primero es un continuo descubrir y una sucesión de sorpresas. Es una fiesta.
El amor primero te pone delante de ti mismo y saca lo mejor de ti. Te hace sentir mejor.
El amor primero te empuja a ser mejor, a no conformarte con nada. Es ambicioso y valiente.

El amor primero hace sufrir y hace temblar. Te pone contra las cuerdas.
El amor primero no entiende de tiempo ni de razones. Sólo sueña con estar juntos.
El amor primero te hace sentir valioso, querido y te da la posibilidad de querer de verdad. Te pone en contacto con la verdad de la vida.

Esto es lo que me pide hoy el Padre. Volver al amor primero. Lo intento Padre. Algunas veces lo consigo y otras me pueden. Pero intento lavar mis ojos y mi corazón cada mañana para volver a amar ALOCADAMENTE. Esto no tiene sentido. Es la locura del Evangelio, del amor, de Jesús. Es una apuesta a fondo perdido… pero AMANDO ASÍ SOY FELIZ.

Un abrazo fraterno

Me alegró y animó mucho tu caridad (Filemón 7-20)

El ejemplo y la vida del otro siempre es un estímulo. Por eso es tan importante estar rodeado de personas buenas, luchadoras… Por eso es tan importante es intentar siempre buscar qué puedo aprender del otro. Yo este año tuve la experiencia del Camino de Santiago con un grupo nutrido de jóvenes y catequistas junto con algún religioso. Yo no anduve a pie porque era el encargado de la logística y mi tarea era distinta. Pero observé con emoción y recogimiento el dolor de mis hermanos, su capacidad de sufrimiento, sus desfallecimientos… cómo se cuidaban, cómo se buscaban, cómo se animaban… Recuerdo sus miradas y su sudor y puedo afirmar que todo lo que vi me alegró y me animó.

No vivo solo y por muy fuerte que me crea y muy bueno que me considere necesito como el agua ver, saber, conocer vidas admirables. No son admirables muchas de ellas porque en ellas sucedan cosas extraordinarias sino porque han ido afrontado lo ordinario de una manera muy de Cristo. Y por supuesto son también sustento de mi fe y mi persona.

Un abrazo fraterno

Mi copa rebosa (Salmo 22)

Me emociona ver lo que tengo en mi vida y cómo fui conducido hasta todo ello. El Espíritu me ha ido guiando y llevando con ligereza por las veredas de la vida y, hoy, puedo afirmar que ha habido y hay dificultades y muchas cosas pendientes todavía pero siento que el Padre perfuma mi cabeza y, sí, mi copa rebosa de amor, felicidad y dicha.

Vivo en un hogar creado de la nada y levantado sobre nuestro esfuerzo y la entrega mutua. Vivo en él con una mujer maravillosa y ya casi tres hijos llenos de vitalidad que me llenan de besos y ternura.

Vivo mi fe en una comunidad sencilla en la que ponemos la vida en jueo cada lunes. Tengo muchos amigos y en el trabajo me va bien.

Sí, mi copa rebosa y por eso hoy es momento de dar gracias. Qué mejor que con esta pieza del maestro Beethoven…

Un abrazo fraterno.

Lo que teníamos que hacer (Lucas 17, 7-10)

Es un poco duro decirlo porque le damos a Jesús, a Dios mismo, ese cariz de exigencia que, no sé por qué razón, parece apartarse de la imagen amorosa y buena que queremos de Dios. Forma parte de esa visión flowerpower de ser seguidor de Jesús. Jesús es exigente y cuando uno decide tenerlo como modelo hay que asumir que hay cosas que HAY QUE HACER.

Es también una buena lección de humildad ya que a veces me engrandezco pensando en las cosas que hago y a las que dedico mi tiempo, me glorío de mi dedicación a construir Reino. Jesús hoy, con una sonrisa serena, me mira contento, me da una palmadita y me dice: «Muy bien… gracias por hacer LO QUE TENÍAS QUE HACER».

Un abrazo fraterno