No tengáis miedo (Lucas 12, 1-7)
Estoy escuchando el «Nada te turbe» de Taizé y me encuentro con este final de Evangelio que me ha estremecido. Y lo ha hecho porque creo que es absolutamente providencial.
La noche de ayer cenaba en casa una persona muy querida y muy cercana. Está en una tesitura compleja. Y hablábamos de la confianza y del miedo. Tomar decisiones no es fácil y cuando las implicaciones son imprecisas y el futuro impredecible, más. Esta persona es valiente, optimista, recia, de ideas claras… Pero ahora tiene miedo. Sabe qué decisión debería tomar pero le asusta enormemente dar el paso.
Pues este Evangelio es para ti. Esto pasa a veces. Y yo no lo considero casualidad… Ojalá el Señor Padre que te ama, te conoce, te sostiene y te cuida te ayude a ver la luz. Los demás, mientras, caminamos a tu lado y estaremos ahí para lo que sea.
Un abrazo fraterno