No atesoréis tesoros en la tierra (Mateo 6, 19-23)

No viene mal que en época de crisis recibamos una Palabra que nos recuerde que hay crisis y crisis… Nos hemos acostumbrado ya tanto a lo que nos han dado por llamar el Estado del Bienestar que ahora sufrimos más cuando no podemos llegar a todo aquello a lo que nos han dicho que debemos aspirar. Evidentemente una crisis de estas características trae dramas familiares y personales de gran calibre pero hoy Jesús viene a consolar el corazón recordando que está junto a nosotros y que, al final, lo importante, es elegir bien el tesoro porque allí estará nuestro corazón.

Es época de ayudarse unos a otros, de estar atentos, de escuchar, de ofrecer la mano amiga, de mirar a los ojos, de tener menos cosas, de quitar equipaje, de liberarnos de fardos pesados… Es época de redescubrirnos, de quitarnos los maquillajes, las hombreras, los tacones… y aparecer como quien realmente somos. Es tiempo de recuperar los sueños que valen la pena, de mirar adentro, de compartir…

No atesoremos bienes terrestres… Miremos más allá…

Un abrazo fuerte

Profeta como un fuego (Eclesiástico 48, 1-15)

me encanta esta descripción del profeta Elías de hoy. La releo y la releo… Quiero ser así. Profeta como un fuego cuyas palabras son como horno encendido. Que aplaque iras, que reconcilie, que resucite…

Pero lo que más me gusta es eso de nadie pudo sujetar su espíritu en vida. ¡Qué libertad! ¡Qué capacidad de vivir según lo que Dios le pedía! Jugando al ataque, fiel a sus intuiciones, sin miedo que le paralice, de acuerdo a sus creencias y valores… Espíritu vivo, inconformista, inquieto, aventurero, arriesgado…

Mirándome frente a Elías me siento mediocre aunque también miro mi vida y veo que hay algo de Elías en ella también, que camino hacía ahí…

Un abrazo fraterno

Si amáis a los os aman, ¿qué premio tendréis? (Mateo 5, 43-48)

Recuerdo que hace ya algunos años me impactó un trocito de un poema que el P. Ángel Sedano nos leyó en la celebración del domingo a los que formábamos parte en Coruña del Grupo de Tiempo Libre en el cole, capitaneados por Sátur, y que estábamos de convivencia en el albergue de los maristas en Perbes. Era algo así como:

«Querer a quien no te quiere,
a eso le llamo yo querer;
pues querer a quien te quiere
se llama corresponder
y eso lo hace cualquiera»

No sé si la lectura de ese día era el mismo Evangelio que hoy pero puede que sí. Me impactó por su clarividencia. Porque es tan claro y ¡tan verdad! ¡Y taaan difícil! Con lo a gustito que estamos al lado de los que nos quieren… Y lo necesitamos sin duda. sabernos queridos y poder reposar a veces bajo el ala del amor es absolutamente vital. Peeerooo hay que ir más allá. Al menos eso nos dice Jesús. Yo podría hacer una lista ahora mismo de personas a las que me cuesta querer y con las que he decidido mantener una relación simplemente correcta. Y ahí me quedo…

A amar también se aprende y s complejo, muy complejo a veces. Tal vez todavía no estoy en disposición de saltar al vacío pero sí al menos de dejarme claro a mi mismo que puedo amar más y mejor.

Un abrazo fraterno

Al que te pide, dale (Mateo 5, 38-42)

Vuelvo después de muchas semanas sin escribir, demasiadas. pero necesitaba un descanso y tampoco sé si voy a ser capaz de tener la adecuada continuidad pero ¡vamos a intentarlo! Leer la Palabra del día y meditarala brevemente poniendo por escrito lo que me sugiere me ayuda y vale la pena llevarlo a cabo.

El Evangelio de hoy es uno de esos que me confunde. Porque la primera parte no se parece a la última y porque da pie a quedarse con la frasecita que más le mole a cada uno y punto. Yo, por ejemplo, como no acabo de entender bien lo que propone Jesús con lo de la mejilla y la túnica pues me quedo con la frasecita de dar… y no me quedo a gusto. Me encantaría tenerle delante y preguntarle…. y decirle, «no entiendo Señor, no entiendo». Pero no porque me rebele a lo que dice sino porque verdaderamente no lo entiendo…

Me viene a la mente la peli de «La Misión» y ese final dramático con dos posturas ante una misma agresión. Y a mi ambas me parecen legítimas… ¿o no es así? Ayyyy Señor, cuánto me queda todavía por aprender…

Un abrazo fraterno

Descanso

Descanso de blog. No os penséis. Son días de viajes, exámenes, charlas, fines de cursos… el lío me impide mantener el blog. Espero volver el lunes 24 con fuerzas renovadas.

Gracias!!!!!!!!

Quien entre por mí se salvará (Juan 10,1-10)

Yo creo que la salvación no es sólo que cuando me muera «me vaya al cielo». La salvación también es aquí en la tierra. la salvación también se gana para la vida. Creo que salvarse es llegar a ser feliz, llegar a ver a Dios, a sentir a Dios, a saberse hijo de Dios y actuar como tal… aquí, hoy.

Por eso creo que cuando pongo a Jesús en el centro de mi vida y tomo las decisiones de todos los días apostando por un estilo, por unos valores, por unas creencias, por el amor, por la vida… las cosas me saldrán bien. No es tener menos problemas, no es vivir más tranquilo, no es no experimentar el dolor… es otra cosa. Es saberse amado. Es saberse querido y acompañado. Es saberse cuidado. Es estar en paz. Es mirar a la vida con mirada alegre y optimista, serena.

Apostar por Cristo es de valientes. La vida es de los valientes. Y yo quiero ser uno de ellos.

Un abrazo fraterno

Ponte en camino hacia el Sur (Hechos 8,26-40)

Es hermosa la historia de Hechos que nos presentan hoy las lecturas. Es una historia de un testimonio, de un apostolado, de un encuentro casual… Y es que la vida está llena de encuentros casuales, encuentros que cambian la vida, encuentros que dan luz, encuentros que tejen lazos, encuentros del Espíritu…

El acierto de Felipe en su disposición y confianza en la llamada del Señor que le insta a ponerse en camino hacia el Sur. Él no sabe adónde va. Él no sabe a qué está llamado. Él no sabe qué le espera. Pero Dios enreda.

Yo he dicho que sí estoy dispuesto a ponerme en camino. Es más, me he puesto en camino hace mucho tiempo. Desde que decidí aceptar una propuesta para ir de monitor a las colonias de escolapios de Cercedilla, hasta que empecé a acompañar mis primeros grupos de catequesis, desde que abrí las puertas a la opción comunitaria, di el sí a mi esposa, aposté por tener hijos, me metí en el Ágora marianista… hasta el último enredo en el que estoy embarcado trabajando por, para y con las familias en el cole de escolapias de Carabanchel donde estudia mi hijo mayor.

Y puedo asegurar que sin saber muy bien cómo ni por dónde… en camino siempre hay encuentros casuales, siempre hay Reino que construir, siempre hay oportunidades de crecer…

Un abrazo fraterno

¿Cuál es tu obra? (Juan 6,30-35)

¿Cuál es tu obra? ¿Qué signo vemos en ti para creer? Eso le preguntó la gente a Jesús y hoy me ha llamado la atención y me ha interpelado porque esta pregunta, para un cristiano, siempre es vigente. Y yo hoy siento que me la preguntan a mi también: ¿Hay algo en mi que, al verlo, lleve a Dios, a Jesús? ¿Cuál es mi obra?

Sinceramente creo que hay cosas que no son muy buen ejemplo y además, sinceramente, lo más oscuro intento que no se vea demasiado. Escaso de radicalidad diría yo. Pero también creo que me esfuerzo en orientar mi vida teniendo a Dios en medio. Creo que intento apostar por la vida, por la fe en comunidad, por la valentía y la confianza del Señor, por el amor… a veces lo haré mejor y a veces lo haré peor. Hoy por hoy los demás mirarán mi familia, mi comunidad y mis diferentes compromisos por construir Reino y ayudar a que otros vivan más felices. Es lo que tengo. Pero no sé si convencerá demasiado…

Como dice el salmo, mientras tanto «yo confío en el Señor».

Un abrazo fraterno