Meditaré tus maravillas (Salmo 118)

Hay momentos en los que la vida se torna un auténtico regalo. Estoy dispuesto a afirmar que hay más momentos de esos de los que a veces somos capaces de percibir. Vivimos muy desconectados de lo bueno que nos sucede cada día y eso nos hace desgraciados, ansiosos, consumidores, pesimistas…

Llega una época de vivir cada detalle al 100%. No hay lugar para la desazón. Sí para el milagro y la maravilla. Yo quiero vivir así.

Un abrazo fraterno

Pensaban y sentían lo mismo (Hechos 4,32-37)

A veces cuando leía esto me daba la sensación de que esto de pensar y sentir lo mismo era intentar unificar e igualar aquello que, de por sí, es distinto y, en esa riqueza, rico y valioso. Y es verdad que la diversidad es buena, valiosa y digna de protección pero algo hay en estas palabras de Hechos que voy entendiendo poco a poco y que vivo día a día en mi vivencia comunitaria. Y es que pese a ser distintos y no tener todos el mismo camino hacia Dios y hacia la Verdad siento que mis hermanos de comunidad y yo cada vez pensamos y sentimos más de la misma manera porque nos vamos cultivando y confrontando juntos con la Palabra; porque vamos educando juntos el corazón; porque miramos juntos hacia los mismos horizontes; porque vamos entrelazando las vidas; porque todo es de todos y porque acaba creándose una unidad difícil ya de separar.

Es complicado explicarlo pero siento que la lectura de Hechos es un hermoso espejo donde ponerse delante para ver cómo estamos siendo testigos de la resurrección.

Un abrazo fraterno

El viento sopla donde quiere (Juan 3,1-8)

Tenemos que asumir que no controlamos demasiado de nuestras vidas. La sociedad en la que vivimos intenta una vez tras otra convencernos de que es así, de que nuestras seguridades, conocimientos, capacidades económicas… nos dan la certeza de controlar nuestras vidas pero, al final, no es tanto lo que está bajo el poder de nuestra decisión.

El viente sopla donde quiere y es mejor tener el espíritu curtido. Esa es la seguridad que yo quiero: estar listo para lo que venga, capaz de afrontar aquello que se me pida, consciente de asumir lo que considere oportuno.

Recuerdo con agrado la segunda peli de Narnia en la que sólo la pequeña es capaz de ver a Aslan, de intuir un camino en el precipicio. Sólo ella es capaz de verlo porque sólo ella quiere verlo, sólo ella sabe que sin él todas las luchas se tornan en complicadas. Con él todo es diferente. En su abrazo encuentro paz y soy capaz de muy altas cotas. Quiero nacer, en esta Pascua, de nuevo. Quiero seguir poniendo mi vida a su luz. Sé que es el mejor camino hacia la felicidad.

Un abrazo fraterno

No tengáis miedo (Mateo 28,8-15)

Uno de los signos de encuentro con el Resucitado es que el miedo desaparece y uno es capaz de afrontar la vida desde otros pilares y otras motivaciones sin la paralización del miedo y la seguridad insana. Y creo que en este punto si estoy siendo capaz de vivir mejor y de encontrarme de manera más verdadera con el Jesús que venció a la muerte e infunde vida aquellos que le siguen.

Claro que hay cosas, planteamientos, opciones, acciones, proyectos… que me dan cierto respeto pero voy entendiendo desde lo profundo que Jesús Resucitado está conmigo y que me infunde vida, ánimo, valor… para afrontar las cosas desde la búsqueda de la felicidad y la construcción del Reino.

Un abrazo fraterno

NOCHE DE VIGILIA PASCUAL: Verdaderamente ¡ha resucitado!

Celebrar la vigilia Pascual es el monasterio de Sant Jeroni de la Murtra ha sido un auténtico regalo. Me quedo con tres sensaciones: la olfativa, la auditiva y la visual. Por un lado, todo OLÍA  A FLORES. a flores de campo, silvestres, grandes y redondas, amarillas y blancas… Ummmm… Todo olía a primavera, a vida, a alegría… Por otro lado, EN EL GLORIA SONARON Y RESONARON LAS CAMPANAS DEL MONASTERIO. Yo esto no lo había vivido nunca y es tan… ¡genial! Ese momento en el que las luces se encienden, en el que Cristo resucita, el que se anuncia al mundo la Buena Noticia… Y por último, la sensación visual impresionante de la hoguera, de la oscuridad, de la luna llena, de la noche, de las velas, del cirio en cabeza, de la iglesia a oscuras, de la explosión de luz… ¡Qué rica esla liturgia en la Vigilia!

fue una noche especial que Esther y yo vivimos juntos y que nos llenó de gozo. una comunidad pequeña con un cura magnífico. Echamos de menos a muchos. Echamos en falta a la comunidad y, a la vez, la tuvimos tremendamente presente.

Una Vigilia distinta. Un regalo.

HOY, CRISTO, VERDADERAMENTE HA RESUCITADO

VIERNES SANTO: ¿Adorar una cruz?

Es realmente escandaloso para los no creyentes que los católicos adoremos una cruz el día de Viernes Santo. para mi es uno de los momentos con más sentido. El gesto lo llena todo. Es celebrar el amor de Jesús hasta el final, es celebrar que estamos salvados… y a la vez es asumir las consecuencias de vivir en la verdad, es hacer propias las consecuencias de amar, de querer ser Jesús en la tierra hoy…

Esther y yo celebramos de manera muy sobria este Viernes Santo junto a la comunidad de los carmelitas. Escuchamos la Pasión y luego besamos la cruz. Es mi cruz. Y quiero llevarla. No hay otro camno. No hay otra posibilidad. No hay otro sendero…

Un abrazo fraterno

JUEVES SANTO: la noche del Amor

Para mi la noche de Jueves Santo siempre ha sido una noche sobrecogedora, especial, escalofriante, humana, dolorosa, crucial… Descubrir a un Jesús que DECIDE amar pese a lo que venga, que DECIDE no renunciar a la Verdad pese a lo que venga, que DECIDE seguir siendo de Dios y para Dios… que DECIDE tomar la vida en sus manos y dejarse zarandear por los acontecimientos siendo fiel a su misión, a él mismo y a su Padre… es algo que me pone los pelos de punta. Descubro a un Jesús humano, lleno de miedo y pavor, consciente del sufrimiento que se le venía encima. Y aprendo el camino que Él me enseña.

Ayer Esther y yo fuimos a la celebración de la Cena del Señor y pudimos rememorar lo que sigue sucediendo en nuestras vidas. Acompañamos a Jesús en procesión hasta el monumento y acogimos cada gesto litúrgico con el corazón preparado y dispuesto.

Y escribí un SMS a muchos de los que me acompañan en mi vida para hacerlos presentes en una de las noches más importantes del año.

La noche de Jueves Santo la terminamos en la procesión del Silencio. Bajo las estrellas. Acompañando, un poquito, al Jesús preso.

La noche del Jueves Santo es la noche del Amor. Y yo me siento amado y lucho cada día por amar más y mejor.

Un abrazo fraterno

MARTES SANTO: Disponiendo el espíritu

He seguido trabajando un día más y he intentado mantener la vela de mi espíritu. El tiempo es magnífico y ver amanecer es una muestra preciosa de lo que será el domingo de Pascua, de lo que fue y de lo que es en la vida de cualquiera que, después de un largo camino de cruz, consigue encontrar en el Señor Resucitado una nueva vida.

Leo en internet la ilusión de los catequistas que se van a la Pascua juvenil que con tanta ilusión prepararon. Y me da cierta envidia. Pero este año está siendo bonita compartirla en familia. Y también podré hacer cosas que no hago desde hace muchos años: ir a los oficios en alguna parroquia y asistir a la procesión del silencio la noche de Jueves Santo. Ya lo tenemos todo buscado, horarios analizados y decidido. Y también me hace ilusión.

Esta noche fuimos a cenar con los niños y a disfrutar un poco de la noche tranquila de luna luminosa. Un pasito más hacia Jerusalén.

Un abrazo fraterno

LUNES SANTO: Yo soy la luz del mundo

Estos tres primeros días de semana son un poco raros siempre pero este año más. Otras veces, cuando nos vamos de Pascua, son días de ultimar preparativos, hacer fotocopias, listas, repasar horarios, cerrar dinámicas, etc. Pero este 2010 toca trabajar. Así que la «santidad» del lunes se basó fundamentalmente en hacer mi trabajo adecuadamente.

Por la tarde nos fuimos a dar un paseo con los niños y mi madre y a ver los trenes pegaditos a la vía como yo lo hacía de pequeño. Ratos compartidos. Conversaciones necesarios.

Y por la noche, para acabar el día, consenso para ver un trocito más de Jesús de Nazaret recordando aquellos tiempos en los que las parrillas de las distintas cadenas de TV nos abrumaban con títulos de pelis «semanasanteras». Hoy nada de nada. Pero ver al Jesús de Zeffirelli siempre es una maravilla. Su llegada a Jerusalén y sus primeros palos en el templo ponen los pelos de punta. Pero especialmente emocionante es el rato del ciego del templo al que Jesús le devuelve la vista pese a las palabras de Pedro: «Señor, ese hombre es ciego de nacimiento. ¿Por qué hay que devolverle la vista?». «MIENTRAS YO ESTOY EN EL MUNDO, YO SOY LA LUZ DEL MUNDO».

Yo también quiero ver. Quiero mejor mejor. Quiero ver desde otros ángulos muchas cosas. Quiero ver y mirar de otra manera. Quiero ver la verdad del mundo, de las personas y de mí mismo. Un pasito más hacia la Pascua.

Un abrazo fraterno