Celebrar la vigilia Pascual es el monasterio de Sant Jeroni de la Murtra ha sido un auténtico regalo. Me quedo con tres sensaciones: la olfativa, la auditiva y la visual. Por un lado, todo OLÍA A FLORES. a flores de campo, silvestres, grandes y redondas, amarillas y blancas… Ummmm… Todo olía a primavera, a vida, a alegría… Por otro lado, EN EL GLORIA SONARON Y RESONARON LAS CAMPANAS DEL MONASTERIO. Yo esto no lo había vivido nunca y es tan… ¡genial! Ese momento en el que las luces se encienden, en el que Cristo resucita, el que se anuncia al mundo la Buena Noticia… Y por último, la sensación visual impresionante de la hoguera, de la oscuridad, de la luna llena, de la noche, de las velas, del cirio en cabeza, de la iglesia a oscuras, de la explosión de luz… ¡Qué rica esla liturgia en la Vigilia!
fue una noche especial que Esther y yo vivimos juntos y que nos llenó de gozo. una comunidad pequeña con un cura magnífico. Echamos de menos a muchos. Echamos en falta a la comunidad y, a la vez, la tuvimos tremendamente presente.
Una Vigilia distinta. Un regalo.
HOY, CRISTO, VERDADERAMENTE HA RESUCITADO