Lo que has acumulado, ¿de quién será? (Lc 12, 13-21)

¿Cuáles son mis bienes? ¿Qué es aquello que puede tender a acumular? Dios me invita a no ser simplista en mi análisis. Voy a destacar el tiempo, la energía y mis conocimientos.

El tiempo es fácilmente acumulable. Realmente el día da para mucho. Aunque nos quejemos de que no hay tiempo para nada la verdad es que nos engañamos. Dios me llama a seguir gastando mi tiempo, sobre todo, con los demás. Gastar mi tiempo con mi mujer y mis hijos. Gastar mi tiempo con mi comunidad. Gastar tiempo en llevar a cabo la misión, con jóvenes y niños. Gastar tiempo en formarme. Gastar tiempo en conocer más Dios. ¿Para qué me serviría el tiempo si no lo gastara? Pero ¡ojo! La invitación es a gastarlo, NO a desperdiciarlo. Desperdiciar el tiempo implica que no es gastado, ¡eso no vale! Aquí tengo que cerrar agujeros… ¡Hay tantos que necesitan que siga gastando más tiempo en ellos!
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La energía también hay que gastarla. Muchas veces me quejo de que estoy en mínimos, de que no se puede vivir así pero creo que Dios me invita a eso. A no vivir lleno de energía para nadie, para nada. Dios me invita a gastarla toda y luego a repostar para seguir gastando. Un depósito que no llega casi nunca a reserva es un depósito sin sentido. Dios cumple sus promesas y nos cuida. ¡Pero nosotros también debemos hacerlo! Para gastar hay que repostar. ¡Ojo! Parada en el camino. Aquí mi comunidad ejerce un papel clave, y mi mujer y la oración diaria…

Y los conocimientos… ¿Para qué leo? ¿Para qué me formo? ¿Para qué estudio? ¿Para saber cada vez más y más y más y más…? Hay que gastar los conocimientos. Eso no implica perderlos, al contrario. Puedo ayudar a muchos con lo que sé. Puedo ser bastón de muchos. Puedo abrir puertas y posibilidades. ¿Quién puede beneficiarse de lo que sé? ¡A buscar! Seguro que Dios ya me va poniendo en el camino posibles receptores… ¡Estar atento!

Acumular… ¡qué verbo más feo!

Un abrazo fraterno

Nada hay escondido… (Lc 12, 1-7)

sombra.jpgCreo que hay mucho escondido todavía. Demasiado oscuro algún rincón. Tu Palabra hoy me da esperanza y, a la vez, me genera inquietud. Al final todo rincón será iluminado. La luz vencerá a la tiniebla. Me da un poco de repelús… Es tan oscuro…

«No tengáis miedo», «no tengáis miedo», «no tengáis miedo»… Me lo repito como un mantra…

Un abrazo fraterno

Decid: Está cerca de vosotros el Reino de Dios (Lc 10, 1-9)

A veces nos equivocamos de misión o estamos tan preocupados buscando una que perdemos el norte y nos complicamos la existencia de una manera increíble. Queremos ser tan buenos apóstoles y dar un testimonio tan convincente y radical de Cristo  que acabamos por olvidarnos de aquello para lo que hemos sido enviados. Hoy el Evangelio nos aporta un poco de luz:

– Somos portadores de paz
– Estamos llamados a curar enfermos
– Estamos llamados a decirle a cada persona que el Reino de Dios está muy cerca de ella

Es complicado ser portadores de paz en un mundo de «lobos». Jesús ya nos lo apaloma.jpgdvierte. No podemos ser ingenuos o rasgarnos las vestiduras por lo hostil del ambiente. Los enfermos no se curan en dos días. Jesús nos anima a «no cambiar de casa». Hay cosas que necesitan su tiempo. Curar personas es una de ellas. Y la Buena Noticia debe ser proclamada. Sin distorsiones, sin manipulaciones, sin complicaciones: DIOS ESTÁ A TU LADO, muy cerca, en ti, en los que te rodean, en lo que te rodea. ¡DIOS puede reinar si le dejas! No está en las alturas, no es ajeno a tu sufrimiento ni a tu alegría. Ama contigo, sufre contigo, camina contigo.

¡Poneos en camino!

Un abrazo fraterno

Dios no tiene favoritismos (Rm 2, 1-11)

Un grupo muy grande de personas está en medio de la carretera, impidiendo cruzar el camino que lleva al Paraíso.
El puritano pregunta:
  
– ¿Por qué los pecadores?
Y el moralista clama:
  
– ¡La prostituta quiere tomar parte en el banquete!
Grita el guardián de los valores sociales:
  
– ¡Cómo perdonar a la mujer adúltera, si ella pecó!
El penitente rasga sus ropas:
  
– ¿Por  qué curar a un ciego que sólo  piensa en su enfermedad y ni siquiera lo agradece?
Se subleva el asceta:
  
– ¿Cómo dejas que la mujer derrame en tus cabellos una esencia tan cara? ¿Por qué no venderla y comprar comida?
Sonriendo, Jesús aguanta la puerta abierta. Y los guerreros de la luz entran, independientemente de la gritería histérica.

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 Cada vez me siento más seguro de esto. Cada vez descubro que doy más pasos a la hora de aceptar, de respetar, de no juzgar, de entender, de acoger… Me cuesta a veces vencer esa tentación cultural, educacional y social de sentir que yo soy cristiano de primera, que yo sigo a Jesús mejor que otros, que tengo más verdad. A veces me cuesta, sí, pero la Palabra se hace sitio en mi, como hoy. La de hoy ha traído a mi pensamiento el texto de Coelho en Manual de un Guerrero de la Luz. Estremece. Como Iglesia creo que aún tenemos que dar pasos o tapar los gritos de algunos con las manos que acogen todo y a todos. Un abrazo fraterno

El firmamento pregona la obra de sus manos (Sal 18)

Me ha encantado el salmo de hoy. Poesía en estado puro. Y me he quedado con esa imagen del firmamento como apóstol, como testigo del Padre. Sin hablar, sin hacer resonar la voz… Es el apostolado discreto y silencioso del firmamento.

Este fin de semana, a propósito del bautizo de mi hija, comentaba con mi madre la labor del párroco que la bautizó. Su apostolado es similar al del firmamento. No trata de convencer, ni de moralizar. No trata de corregir ni de culpabilizar. No habla mucho de Dios porque su tiempo lo emplea en ser imagen de Él. Cercano, cariñoso, humano, dulce, comprensivo. Se dedica a escuchar y a acoger y sabe llegar al corazón desde su vida y no desde su boca.

Yo soy un apasionado de la palabra y me cuesta aceptar esa sentencia de Exupery en «El principito»: «La palabra es fuente de malentendidos». Pero en cuestión de Dios el tema está claro. Mejor apóstol es el firmamento que muchos de los que se pasan la vida hablando de Dios.

Un abrazo fraterno

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Siervo de… llamado por… escogido para… (Rm 1, 1-7)

farohercules.jpgLlevo varios días sin gozar de mi rato de oración diario personal. Un viaje, un encuentro, un bautizo… poco tiempo, mucho cansancio… Hoy vuelvo a ello en el mejor entorno posible: en comunidad. Me encuentro con unas lecturas que no me dicen demasiado pero que me dejan una frase para completar. Tal vez algo que todos deberíamos saber completar y es la presentación que hace Pablo de sí mismo en la carta a los Romanos.

Su presentación me invita a crear la mia propia. Me invita a ser claro y conciso en estos términos. Me invitar a descubrir qué vientos manejan mi vida, qué razones me impulsan y que misión tengo encomendada. Esto se va respondiendo poco a poco y, tal vez, sea una excesiva pretensión encontrar una fórmula concisa que englobe todo aquello que descubro cada día y que ya descubrí en su momento pero… me gustaría darle una vuelta e intentarlo.

Siervo de… llamdo por… escogido para…

Un abrazo fraterno

¿Quién dice la gente que soy yo? (Lc 9, 18-22)

yo.jpgNo creo que Jesús estuviera muy preocupado por lo que los demás pensaran de Él. Si eso le quitara el sueño no habría hecho muchas de las cosas que, a la postre, le llevaron a la cruz. Pero sí es una pregunta que hoy me la planteo para mi de ese modo: ¿Quién dirá la gente que soy yo? ¿Qué dirá la gente de mi? ¿Qué opinan los que me conocen? ¿Y los que no me conocen en profundidad sino sólo un poquito?

Tal vez la pregunta interesante sería más bien: ¿Qué imagen doy a los demás de mi mismo? ¿Cómo me muestro? ¿Es una imagen completamente real?

Siempre me consideré muy verdadero pero después de mi experiencia con el Enneagrama he descubierto que también tengo máscaras, que las uso y que algunas están muy arraigadas. Es por eso que, hoy por hoy, creo que aquello que la gente percibe de mi no acabo de ser yo realmente… y fundamentalmente es porque yo así decido mostrarme… Digno de seguir siendo profundizado, sin duda…

Un abrazo fraterno

Todavía no es tiempo de reconstruir el templo (Ag 1, 1-8)

¡Siempre con excusas! Todavía no, es que, lo que pasa es, pero, verás, tampoco es del todo así, no hay que ser tan extremista… Siempre dilatando lo importante, lo que Dios nos puede estar pidiendo: construir su templo para mostrar su gloria.

Igual que el pueblo de Israel entonces, yo a veces no acabo de subir al monte con maderos para construirme como templo del Padre. Siempre hay algo. A veces me falla la voluntad, a veces la motivación, a veces me fallo a mi mismo, a veces la determinación y otras el miedo. Siempre hay algo que me lleva a seguir viviendo «en mi casa revestida de madera». Como me decía un hermano de comunidad el lunes pasado: «hay que discernir, ver qué quieres y luego ser ambicioso, apostar alto». A veces me siento un mediocre. Siempre a la mitad. No siempre pero sí muchas veces y en muchas cosas.

Tomo nota Padre. ¡Ya es tiempo de reconstruir el templo!

Un abrazo fraterno

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… tampoco túnica de repuesto (Lc 9, 1-6)

gsaber.jpgHace ya algunos meses (o algún año) que leí un libro, recomendado por un hermano de comunidad, que se llama «Saber escoger» de Carlos G. Vallés. Es sobre el arte del discernimiento, del buen discernimiento. Habla de las elecciones, de las encrucijadas, de los caminos elegidos… Una de las anécdotas o historias se me quedó grabada. Hablaba de romper puentes, de dinamitar toda posibilidad de «volver atrás» ante una elección tomada y asumida. Hoy el Evangelio me habla de eso. Me habla de ponerse en camino, de saberme enviado. Una vez el camino comienza mejor no llevar todo aquello que nos hace cubrirnos las espaldas, comprar seguros antiriesgos… porque todo eso nos hará vacilar, nos hará dudar, nos hará no hacer las cosas lo mejor que sepamos, nos hará perder la confianza en que «se nos dará por añadidura»…

Una túnica de repuesto es más peligrosa de lo que parece…

Un abrazo fraterno

… los que escuchan la Palabra de Dios y la ponen en práctica (Lc 8, 19-21)

La vida me ha enseñado que las relaciones de sangre no tienen por qué ser las mejores. Un padre, una madre, unos hermanos, unos abuelos y tíos… la familia es tremendamente importante y siempre lo he vivido y sentido así. Pero la sangre no garantiza por derecho lo que no se cuide con esmero. Y la vivencia de la es tan importante… ¡la vida partida y compartida con otros que se han puesto a construir Reino mano familia2.JPGa mano conmigo! Eso también lo sintió Jesús que, no creo que queriendo hacer un feo a los suyos, resalta el papel de los que viven con Él la misión encomendada.

También es curioso y me llama la atención la cópula «y». ES DE VITAL IMPORTANCIA. No llega con escuchar la Palabra, con leerla, con meditarla, con ir a misa, con reflexionar en grupos, con asistir a retiros espirituales, con debatir cómo mejorar el mundo… ¡NO LLEGA! ¡HAY QUE PONER EN PRÁCTICA! Hay que asumir compromisos, gastar tiempo, dar vida, asumir misión, responder a la vocación, asumir riesgos, jugársela, romper lazos, barrenar puentes, hacer vida lo escuchado… Menos mal que, en comunidad, ésto se vive más fácilmente porque es más difícil engañarse…

Un abrazo fraterno