#Adviento2015 – La autoridad del amor – Lunes III

Señor, tú eres quien gobierna mi vida.

Yo decido a quién le otorgo poder sobre mí. A veces me pierdo y concedo esto a personas, a situaciones, a cosas. No quiero que sea así. Quiero que seas Tú la primera y última pregunta de mi vida, la palabra definitiva.

Señor, tú eres quien gobierna mi vida.

Nos sobran gobernantes, presidentes, alcaldes, secretarios generales, managers, leaders, responsables… Ansiamos tener autoridad para vivir mejor, para mandar a otros y pensamos que es el cargo quién da la autoridad. Tú, en cambio, tienes toda la autoridad; Tú, que naces niño en una cueva de Belén.

Señor, tú eres quien gobierna mi vida.

Señor, gobierna mi vida porque eres quién más me ama. Sólo el amor tiene autoridad.

Un abrazo fraterno

#Adviento2015 – Para llegar a Jesús hay que querer estar con Él – Viernes II

Señor, guíame por tus caminos porque quiero estar contigo.

Cada día es una sucesión de decisiones. Cada día tengo multitud de opciones. Muchas de ellas son, para mí, tentaciones, no sé para otros. Tentaciones porque me gustan, me atraen, pero me separan de Ti. Y entonces la batalla está servida. Seguirte no es siempre fácil, elegirte, muchas veces, es tan difícil.

Señor, guíame por tus caminos porque quiero estar contigo.

Qué difícil mantenerse en pie sin ayuda. Creo que soy frágil y débil y que es fácil tentarme porque el que tienta conoce mis puntos débiles. Todos los tenemos. Si la tentación no fuera fuerte, no sería tentación. Me tientan el bienestar, la comodidad, las buenas sensaciones, el placer…

Señor, guíame por tus caminos porque quiero estar contigo.

Este Adviento quiero prepararme para que, cuando vengas, te encuentres a un hombre débil y frágil pero tremendamente deseoso de recibir un anuncio, dispuesto a emprender el camino, sediento de otra cosa y fuerte para vencer la tentación de permanecer en «lo malo conocido». Señor, ayúdame a coger el camino que lleva hacia Ti, quiero estar contigo.

Un abrazo fraterno

#Adviento2015 – Un niño, un Rey. El poder de los pequeños – Jueves II

Tú eres mi Rey, niño, grande en tu pequeñez.

Nos nace un Rey. A veces olvido esto cuando llega la Navidad. Parece que lo del Niño Jesús es algo bonito, romántico, curioso, tierno y hasta un poco «happy» de más. Pero a veces pierdo la referencia. Celebro la Navidad porque en ella se nos fue dado un Rey, Aquél que gobierna el mundo, Aquél al que obedecen los vientos, Aquél que tiene en sus manos nuestras vidas…

Tú eres mi Rey, niño, grande en tu pequeñez.

Hablando de ello en el oratorio, ayer, con una clase de Primaria, decíamos esto: se nos ha ido la cabeza. ¡Un niño, un Rey! ¡Todos postrados ante un niño! ¡Todos adorando a un niño! ¡Un niño que viene a salvarnos! Es la apuesta de Dios por lo pequeño. Es la declaración más fuerte de Dios a favor de los pequeños. No hay palabra más contundente que el lloro de Jesús en los brazos de su madre.

Tú eres mi Rey. niño, grande en tu pequeñez.

¡Cómo no ibas a decir que de los niños era el Reino de los Cielos! Nos cuesta y nos resistimos a aceptar esto. Seguimos poniendo en los libros, en la firmeza, en el sacrificio, en valores adustos y absolutos nuestra salvación… ¡Si fuéramos más niños!

Un abrazo fraterno

#Adviento2015 – Se busca descanso duradero y de calidad – Miércoles II

Señor, en Ti encuentro mi descanso.

¡Cuántas cosas nos ofrecen para descansar! ¡Cuántas experiencias para poder desconectar! ¡Cuántas maneras para evadirnos de una realidad cargante! ¡Cuánto spa, cuánto zen, cuánto yoga, cuánto… para relajar nuestros músculos estresados, nuestro cuerpo tenso, nuestra mente agotada, nuestra alma seca!

Y pese a todo ello, Señor, hay algo que nunca encuentra consuelo, lugares de los que no consigo evadirme, sentimientos que no consigue driblar.

Señor, en Ti encuentro mi descanso.

Me canso a mí mismo más que ninguna otra cosa, más que ninguna otra persona. Me canso cuando soy incapaz de dejar mis exigencias a un lado, aún pretendiéndolo. Me canso cuando repito el mismo error una y otra vez. Me canso cuando percibo que mi trato a los demás no es suave y dulce. Me agoto de mi tono duro, de mi mano firme, del listón que aplico a todo.

Señor, en Ti encuentro mi descanso.

En este Adviento quiero caminar hacia Ti, quiero descansar y procurar descanso. Quiero ser como uno de esos pastores que, pese al frío de la noche y la dureza de la tarea, recibieron alegres y esperanzados la noticia de tu llegada. Quiero ser como uno de esos pastores que se pusieron en camino y marcharon a descansar en los brazos de una Madre y en la pequeñez de un Niño.

Un abrazo fraterno

#Adviento2015 – No hay Navidad sin necesidad de Dios – Viernes I

Tu presencia trae felicidad a mi vida.

A veces busco la felicidad en lugares, personas o cosas que, como mucho, me dejan un buen sabor de boca temporal. Vivo experiencias gratificantes, supero retos, disfruto con momentos compartidos… pero hoy leo la palabra de Isaías y me digo: quiero que vengas, Señor, y quiero que traigas todo eso a mi vida.

Tu presencia trae felicidad a mi vida.

Cuando te pongo en el centro, cuando decido desde Ti, cuando la vida gira en torno a Ti, todo parece ser mejor, la mirada parece sanarse y alegrarse y el mundo, a veces oscuro y enfermo, se torna regalo y premio.

Tu presencia trae felicidad a mi vida.

No hay Navidad sin deseo. No hay Navidad sin oscuridad, sin noche, sin frío. No hay Navidad sin pobreza ni incomodidad. No hay Navidad sin necesidad de Ti. Prepararse es mirar al frente y decir: «Sí, te necesito. Sí, te quiero. Sí, te deseo.»

Un abrazo fraterno

#Adviento2015 – La roca que me hace fuerte – Jueves I

Señor, tú eres mi roca.

Vivir en Salamanca te lleva a contemplar la belleza de la piedra de Villamayor. Casi todas las construcciones de la ciudad están hechas con ese material, lo cual da una sensación de fortaleza a la ciudad que sorprende. Yo quiero también construir sobre roca, ser construcción recia y fuerte. Y quiero comenzar bien este nuevo año.

Señor, tú eres mi roca.

¿Cómo puede ser un pequeño, nacido en una gruta, olvidado de todos y por todos rechazado, ser roca de la humanidad, cimiento del mundo, salvación de todos? ¿Cómo puede ser un pequeño nacido de mujer, frágil, necesitado, ser Dios mismo? ¿Cómo puede ser Omnipotente y Glorioso un Dios, cuya máxima expresión es hacerse hombre, como yo?

Señor, tú eres mi roca.

Señor, tú me conoces. Señor, tú sabes de qué va esto de ser hombre. Nos conoces bien. Sabes lo que es sufrir, lo que es la tentación, lo que es la maldad, lo que es la soledad, lo que es la traición, lo que es la enfermedad. Sé mi roca en todo eso Sé mi pilar, mi sostén, mi baluarte, mi alcázar… para que nunca piense que yo puedo solo.

Un abrazo fraterno

#Adviento2015 – El MasterChef de Belén – Miércoles I

Gracias Señor, por darme el sustento para mi vida.

Tú sabes que seguirte no es sencillo. Hay que recorrer largos caminos, transitar por veredas pedregosas, atravesar puertas estrechas… Muchas veces me topo con la soledad, con la incomprensión, con la duda y el miedo. Muchas veces creo perder la fuerza para continuar adelante. Pero Tú me das de comer, Tú me alimentas, Tú me sostienes.

Gracias Señor, por darme el sustento para mi vida.

Lo noto. Noto cuando dejo de alimentarme, cuando falto a la Eucaristía, cuando olvido acercarme a la Reconciliación, cuando la oración desaparece. Mis músculos flaquean, cedo a las tentaciones, todo se torna de un color más apagado, sin brillo. El cuerpo y el alma pasan hambre y desfallezco.

Gracias Señor, por darme el sustento para mi vida.

Quiero sentarme a tu mesa en este Adviento. Ponerme mi mejor traje, perfumarme, peinarme y presentarme ante Ti con la mejor de mis versiones. Quiero participar en tu banquete, quiero saciarme con las maravillas que me tienes preparadas. Quiero estar ahí cuando vengas de nuevo y me invites a ser tu amigo.

Un abrazo fraterno

#Adviento2015 – El Señor de los pequeños – Martes I

Tú eres el Señor de los pequeños, mi Señor.

Me gusta compartir mi día a día con los pequeños, Señor, estar todo el día rodeado de niños y niñas. Me gusta que me abracen, que griten mi nombre cuando me ven por el patio, que sonrían cuando les sonrío, que recen conmigo en el oratorio, juntos, con mucha fe y con mucha naturalidad. Me hacen sentir que soy un poco Tú, Señor, y me hace pensar en la manera que tengo yo de buscarte a Ti. ¿Soy como ellos? ¿Corro hacia Ti? ¿Te llamo a gritos a lo lejos cuando te veo? ¿Río contigo? ¿Me abrazo a Ti?

Tú eres el Señor de los pequeños, mi Señor.

Me gusta saberme pequeño a tu lado, Señor. Necesito de Ti. Soy frágil pese a mi aparente fortaleza. Soy débil pese a mi aparente coherencia. Me pierdo pese a parecer que siempre voy por el camino correcto. Soy mediocre, Señor. Un pequeño que no quiere serlo… Pero me alivia saber que Tú te haces pequeño por mí, para mirarme a los ojos, para estar a la altura, para venir a por mí y hacerme grande.

Tú eres el Señor de los pequeños, mi Señor.

Sólo aceptando mi pequeñez, cambiaré mi vida. Sólo desde ahí, seré grande en Ti. Ten misericordia de mí, Señor.

Un abrazo fraterno

#Adviento2015 – Ven, Señor Jesús – Lunes I

Ven, Señor Jesús.

Aquí estoy, afanado en mi «lago» particular, con mis tareas y mis preocupaciones de cada día. Aquí estoy, con mis pequeñeces, ensimismado en mis pensamientos, en mis proyectos, con la cabeza baja, mirando al suelo tantas veces…

Ven, Señor Jesús.

¿A qué suena tu voz? ¿Cuál es su timbre? ¿Cómo la reconoceré? Tengo tantas veces la sensación de que pasas por mí lado y me llamas… y no te reconozco. Tú me distingues entre la multitud y, en cambio, Tú para mí pasas desapercibido…

Ven, Señor Jesús.

Comienza el Adviento y yo te espero. Comienzo el Año de la Misericordia y yo quiero caminar y atravesar esa puerta. ¡Y quiero ser puerta! ¡Y quiero ser abrazo! ¡Y quiero ser Tú para el que necesita el abrazo, la mirada, el corazón, el aliento, la voz, el hombro, la risa, una lágrima compartida…!

Ven, Señor Jesús.

Un abrazo fraterno

#Alencuentro de José de #Calasanz, la revolución de la educación

Hoy es 27 de noviembre y, aunque el santoral marca que la celebración de S. José de Calasanz es el 25 de agosto (recordando la fecha de su muerte), tradicionalmente esta es la semana en que, a nivel escolar y educativo, se recuerda la figura de un hombre que revolucionó la sociedad de la época y que sigue siendo tremendamente actual. La lucha por la educación de todos, para todos, integral e integradora, sigue siendo caballo de batalla en tantos países…

Esta semana, en el Oratorio, con los niños, estuvimos trabajando a José niño. Es curioso ahondar en este aspecto que tantas veces dejamos de lado: José de Calasanz no nació santo, ni sacerdote, ni fundador. José fue el pequeño de una familia numerosa, acomodada, en el pequeño pueblo de Peralta de la Sal, en la provincia de Huesca. Es un hombre de la mitad del XVI y creció en un entorno creyente y en una casa por donde la vida campaba a cada instante: su padre era el herrero del pueblo y, por decirlo de alguna manera, el «alcalde». José vivió de niño lo que luego propició de adulto: fue a la escuela y fue educado en la fe. La oración es algo que, desde muy pequeño, formó parte de su «ser» y esa cercanía al Señor… ¿no dio luego sus frutos?

José marchó pronto a estudiar y tuvo que sufrir la muerte de su madre, de su hermano y la incomprensión de su padre cuando le planteó su deseo de ser sacerdote. ¡Cómo el Señor maneja los hilos! D. Pedro, su padre, que quería que José se casara y fuera militar para perpetuar el apellido de la casa… vio cumplido su sueño desde el cielo, con un apellido que surca el planeta de uno a otro de sus extremos… Calasanz…

Me gusta de José esa sensación de libertad que transmite desde sus años de niño y de joven. José busca, trabaja, se pone al servicio, sirve aquí y allá, recorre los pueblitos que se le asignan como párroco en el Pirineo, luego ayuda a obispos y está dispuesto a mediar en problemillas importantes de la época que surgen entre el clero. Calasanz consigue ser un hombre formado, docto, capaz, justo… Su santidad ya se va forjando en estos años de preparación, duros y complejos.

Cuando José marcha a Roma no se imaginaba lo que allí le tenía preparado el Señor. Llega a Roma con el objetivo de conseguir una canonjía que le permita venir a España con un cargo y un título de prestigio. Y lucha por ello. Es un objetivo que no abandona hasta que recibe unos cuantos portazos en la cara… Curioso. Pero José se encuentra también con un Trastévere abandonado, pobre, cochambroso, donde los niños campan a sus anchas por las calles, maleducados, expuestos a mil peligros… Y una llama se enciende en su corazón. Es bonito descubrir cómo aún en ese momento, José no tiene pretensión de fundar nada. José sólo quiere poner solución y amor a una realidad concreta con la que se ha encontrado. Un paso. Sólo se le pide un paso. Sólo da un paso. Pero luego da otro, y luego otro, y luego otro… Cuando en 1597 abre la primera escuela popular gratuita del mundo, José no es consciente de que ha abierto la puerta de la educación para todos, un valor y un derecho que ahora consideramos esencial en nuestras sociedades.

José tiene luego la intuición de que es necesario que haya personas consagradas en su totalidad a los colegios y a servir a Dios en los pequeños, en la escuela. Y comprueba como la voluntad de Dios para con sus hijos se transforma en la ultima de la Órdenes Religiosas aprobada por Roma: la Orden de las Escuelas Pías. Calasanz fundó la Orden en su madurez, bien avanzada ya su vida. ¡Qué prisas tenemos nosotros a veces por descubrir la voluntad de Dios para nuestras vidas! Un paso, sólo un paso… eso es lo que se nos pide.

Los últimos años de su vida estuvieron marcados por el sufrimiento, el escarnio, la incompresión y la traición de alguno de sus religiosos. José de Calasanz muere con más de 90 años, en Roma, viendo todas sus escuelas cerradas y la Orden disuelta por orden del Papa. José murió en paz: tenía la promesa de María, y as se lo hizo saber a sus más cercanos amigos, ´de que las escuelas y la Orden volverían a estar arriba en un plazo de 10 años. Y así fue.

Su espíritu y su carisma siguen presente en miles de religiosos y laicos que, a lo largo y ancho del mundo, se vacían por completo en la escuela. Es en la escuela donde han encontrado la mejor forma de servir a Dios y de construir el Reino. El lema «Piedad y Letras» sigue estando bien alto en los colegios que, desde España, Sudamérica, África, Indonesia, etc., trabajan por generar futuro y felicidad en las generaciones que vienen detrás de nosotros.

San José de Calasanz, ruega por nosotros.

Un abrazo fraterno