Ciudadanos del cielo (Filipenses 3,20-21)
Hoy celebramos el día de los fieles difuntos. La Iglesia recuerda a todos aquellos que nos precedieron y que murieron en la esperanza de la resurrección. Hoy, como aquella madrugada de domingo hicieran María Magdalena y el resto, mucha gente acudirá a las sepulturas de sus familiares o amigos muertos para vestirlos de flores, rezar ante ellos o simplemente recordarlos.
Hoy, me parece preciosa la expresión de S. Pablo que da título al post. Y me hace orar y reflexionar. Somos ciudadanos del cielo. Eso es como decir que aquí estamos de prestado, de paso, de viaje… y que, al final, hay que volver a casa. Salimos del cielo y volveremos a él. Y ya sabemos, los que hemos pasado tiempo fuera viajando, lo que significa volver a casa: volver a ser uno mismo, destensar el espíritu, recuperar fuerzas, ser abrazado por quienes te dan la vida y más te quieren.
El viaje de regreso, cuando es a casa, siempre es el mejor.
Un abrazo fraterno
Hoy el sacerdote ha introducido el Padrenuestro de una forma preciosa, diciendo: «En el Cielo volveremos a encontrarles; pero el Cielo también vive en nuestro interior, puesto que somos templo del Padre, del Hijo y del Espíritu. Por eso, nunca les olvidaremos.»
Me ha parecido una idea maravillosa.