Consolad a mi pueblo (Is 40, 1-11)

La sociedad en la que vivimos nos ha llevado a afrontar los días que preceden a la Navidad de una manera muy «occidental»: bienestar, vacaciones, comida, excesos, luces… Pero percibo que, a la par de todo esto, empieza a ser muy común en nuestra «manera y sentir occidental» vivir con cierta pena, con cierta aflicción, con demasiadas preocupaciones, con frustaciones… Esto no lo cura el bienestar. Tal vez es consecuencia de…
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Leer a Isaías hoy me impulsa a consolar. Ser bálsamo. Ser buena noticia. Ser verdadera felicitación navideña. Ser capaz de rebajar tensiones. Ser capaz de ser colchón y descanso. Ser capaz de escuchar. Ser capaz de abrazar y acoger. Ser capaz de mostrar a través de mi cuerpo toda esta disposición.

Un abrazo fraterno

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