Deja allí tu ofrenda (Mateo 5, 20-26)

Deja tu ofrenda. No es coherente. Está bien… pero no es coherente.

Está bien agradar y amar a Dios pero ¿le agradamos y le amamos de verdad? ¿O es tal vez que hemos decidido nosotros qué es agradar a Dios y cómo se le ama? Él lo dejó claro: amando al prójimo. Eso es lo que le agrada y la manera de amarle. Nosotros preferimos otras cosas, menos costosas, menos comprometidas. Lo relativizamos todo y así nos quedamos tranquilos.

El Evangelio de hoy es muy exigente. ¿Estoy a la altura?

Un abrazo fraterno

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