Dios se hace familia (Eclo 3,2-6.12-14)
La familia es el auténtico pesebre de Dios-Niño.
Es la familia un lugar de acogida, donde igual cabe Dios hecho hombre que un par de vacas, tres cerdos y una mula.
Es la familia un lugar humilde, que se sabe necesitada del buen aroma de Otro, que venga a curar las incomprensiones mutuas.
Es la familia un lugar de luces y sombras, donde vivir juntos en la intemperie, donde sentir el calor humano aún cuando fuera hace frío.
Es la familia un lugar que no depende del lugar, que existe por las personas, que camina siempre, que no se acomoda, que no conoce el bienestar anestesiante.
Es la familia un lugar donde todos traen a Dios al mundo, desde su pequeñez; una mula que carga con el peso de los demás, que ayuda a dar luz aún en los momentos de penumbra.
Es la familia un lugar en riesgo, que molesta, que cuestiona potestades y poderes, que grita que el amor es posible y que hay vínculos que pueden ser eternos.
Es la familia un pequeño infinito, un espacio regalado entre el Cielo y la Tierra, donde acariciar la Salvación con los pies pegados todavía al sufrimiento.
Es la familia un puñal que hiere, una rosa que pincha, un amor que ama y que nos enseña a sufrir por amor.
Dios se hace familia.
Un abrazo fraterno – @scasanovam
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