El Espíritu olvidado #Paráclito
Ya no tenemos a Jesús. Igual alguno no se ha dado cuenta todavía. Nos encantaría, pero no es así. Tenemos al Espíritu, que no se ve, que no se toca, que no se oye… ¿Qué hace pues? Pues lo que le hizo a Lidia en la primera lectura de hoy: abrir el corazón.
Yo sólo tengo que dejarme, estar en sintonía, prepararme para que el Espíritu haga su trabajo: disponer mi corazón para que el Espíritu lo abra de par en par. Sin el corazón abierto, es difícil acoger al Cristo, al Reino de Dios. Sin el corazón abierto, el Padre no encuentra lugar para entrar en nuestra vida.
Espíritu del Señor, abre nuestro corazón.
Un abrazo fraterno – @scasanovam
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