El juego del espejo #animateajugar
El apóstol Santiago nos propone hoy un juego: el juego del espejo. Las reglas son fáciles: te pones delante de un espejo y te cuentas lo que ves. ¿Qué ves? ¿A quién ves? ¿Es parecido a Jesús lo que ves?
Yo, si me pongo delante del espejo, veo a alguien que intenta ser lo más fiel al Evangelio pero que no lo consigue muchas veces. Me vienen cosas a la cabeza por las que bajo la mirada y no soy capaz de mantenerla. Veo a alguien que hace muchas cosas, en las que muchas veces no sabe si es por Dios por quién lo hace o por él mismo. Veo a alguien que quisiera ser mucho más puro en sus intenciones, menos airado en sus formas, más suave en sus caricias. Por otra parte, veo a alguien que se la juega, que no es ni de aquí ni de allá, que es capaz de dejar y reconstruir, de moverse e ir donde el Señor le llame. Veo decisiones tomadas con la absoluta confianza de que el Señor me sostiene.
Leo el Evangelio y compruebo que, para los que tantas veces sufrimos de ceguera, la vista no vuelve de repente sino que el proceso de encontrarnos con el Maestro con nitidez es algo paulatino, un proceso de recuperación de aquello perdido. Eso me consuela.
¡Hazme ver Señor! ¡Que todo aquello confuso, que todas aquellas decisiones por tomar, que todas las llamadas que me haces llegar… tengan respuesta nítida y llena de fe!
Un abrazo fraterno
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