Felipey el etíope (Hechos 8, 26-40)
Me parece preciosa esta historia de Felipe y el etíope. Tiene muchos ingredientes que dan luz: la sugerencia del Espíritu a Felipe, la diligencia de éste, la curiosidad y la sed del etíope, el apostolado de Felipe, la alegría del extranjero, la misión, la causalidad…
A mi me han pasado cosas parecidas muchas veces. Cuando me paro a pensar descubro muchas personas de las que quiero cuyo origen en mi historia es rocambolesco, casual, extraño. Desde personas conocidas a través de foros, personas conocidas en viajes, personas conocidas gracias a decisiones tomadas… El Espíritu nos susurra y estamos llamados a ponernos en camino como Felipe. A veces no hay grandes misiones sino más bien pequeñas historias, vidas que se cruzan, personas a las que les puedes dar aquello que necesitan, a las que les puedes dar luz…
También es verdad que la actitud del etíope no me parece casual: está leyendo a Isaías. No entiende nada pero busca. Tiene sed de verdad, de profundidad. Y con ese caldo, se puede hacer buena sopa.
Un abrazo fraterno
Pequeñas misiones, pequeñas historias, mensajeros sin saberlo.
Son ideas que me rondan desde hace tiempo en la cabeza.
Me da vértigo el eco que, sin pretenderlo, ha tenido nuestra visita a Medjugorje.
Incluso siento vergüenza decir al organizador del viaje en Madrid que queremos ir 26 desde León porque nos va a decir que lo organicemos nosotros.
Será que la Virgen quiere valerse,entre otros muchos de nosotros, para llamar a quien ha elegido.
Me ha ayudado la reflexión.
Muchas gracia y un abrazo muy fuerte