Fuego y calor, bendecid al Señor (Dn 3, 62-67)
Hoy he orado mirando a una gran vela amarilla encendida. Me es fácil orar centrándome en el quemar de la vela. La mecha, la llama, la cera fundida, las caprichosas formas creadas… todo me lleva a Dios.
Este Adviento que se aproxima deseo que sea un tiempo de bendición. Tiempo de bendecir al Señor. Tiempo de bendecir a mi familia. Tiempo de bendecirnos. Tiempo de bendecir a los hermanos.
Con el invierno a las puertas… y mirando la vela… ¡Fuego y calor, bendecid al Señor!
Un abrazo fraterno
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