Hacerse nada (Mc 8,34–9,1)
Hac eunos días tenía una conversación con una buena amiga sobre esto de anonadarse. Hacerse nada me cuesta. Y cuando leo el Evangelio de hoy y me vuelvo a encontrar con ese «negarse a uno mismo», se me revuelve todo.
Esta amiga me recomendó rezar de vez en cuando las Letanías de la Humildad, del cardenal Rafael Merry del Val . Cuando las descubrí, y las recé por primera vez, me encantaron aunque me parecieron fuertísimas para mí. Mi ego se pone en posición de batalla y se resiste a desaparecer.
Son años de guerra interna a este respecto. El Señor no me la está evitando, así que entiendo que debe ser así para crecer como testigo. Que el Señor me ayude.
Aquí os dejo un enlace a las letanías.
Un abrazo fraterno – @scasanovam
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