La fe sin obras es inútil (Santiago 2,14-24.26)
Estoy sentado frente al ordenador ligeramente crispado y enfadado. Cosas que pasan. Y me encuentro con esta lectura de Santiago y posiblemente con uno de los Evangelios más claros y comprometedores de toda la Escritura.
Está bien creer, amar a Dios, ir a misa y predicar con buenas palabras pero… ¿Qué hago luego? ¿Qué hago con los pobres que me encuentro, con las personas que necesitan de mi cariño o de mi tiempo? ¿Qué hago con las injusticias que veo? ¿Qué hago con los dones que se me han dado? ¿Cuáles son mis obras? Ahí me juego todo mi ser cristiano.
Y no es fácil. No son obras al uso. Exigen entrega y, muchas veces, te obligan a «perder». Ya me lo dice Jesus en el Evanglio: quien quiera venir conmigo… ¡que venga preparado! Perderá la vida. Ufffffff…
Qué vértigo…
Un abrazo fraterno
«Obras son Amores y no buenas razones».
Hoy en día es difícil no estar crispados, es lo que quien con tantas noticias negativas…
Los que nos llamamos Católicos, Cristianos somos razones para la Esperanza… para hacer un mundo mejor…
Saludos y buen fin de semana.