La parábola iba por ellos (Marcos 12,1-12)
Esta actitud de los sacerdotes y escribas y ancianos del Evangelio de hoy es una actitud que me espanta y me provoca un rechazo brutal: no aceptar la crítica, perseguir al que opina diferente, ponerse a la defensiva ante el que defiende otra manera de hacer las cosas…
Jesús hablaría en parábolas pero lo hacía claro y creo que esta gente tenía miedo de que la gente entendiera por dónde iban los tiros y perder todo el poder acumulado a base de oprimir espiritualmente a las personas. Y se ponen de uñas.
Eso sigue pasando hoy a veces. Salvando las diferencias pero no me gusta la actitud que tenemos en la Iglesia muchas veces de ponernos a la defensiva, sentirnos perseguidos, querer ser no sólo respetados sino intocables, exentos de crítica… en la sociedad a la que pertenecemos y a la que evangelizamos. Miremos más a Jesús y cómo se movió Él entre la gente y descubriremos una manera sencilla, alegre, atrayente y hasta campechana de ser testigo del amor. Es más, me atrevo a afirmar que las personas de Iglesia que son de esa manera consiguen aquello que se proponen. Los otros… sólo se encuentran con puertas cerradas.
Un abrazo fraterno
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