Le llevaban los enfermos (Marcos 6, 53-56)
Hay algo evidentemente distinto en sociedades anteriores y en la que nos ha tocado vivir. La necesidad, el deseo, las ganas… de algo que llenara sus vidas, de las palabras de Jesús, de la caricia de Dios que tocara los corazones. Hoy estamos demasiado llenos de cosas, de ruidos, de dinero… El llamado «estado del bienestar» ha traído mucha prosperidad pero tiene sus desventajas y es que se nos ha ido colando «la pachorra espiritual». Creo que hay la misma necesidad y la misma sed de siempre, porque los hombres y las mujeres somos seres trascendentes, pero desde luego hay mucha menos consciencia sobre ello. Vivimos de cara a la galería, desconectados de quiénes somos, de aquello que nos hace felices realmente… Estamos demasiado gordos, tenemos demasiadas vacaciones, muchos móviles, TDT’s, pantallas planas, iPod’s, músicas, cines, fútbol y cristianos ronaldos… Demasiado sordos y un tanto orgullosos de estarlos…
Ojalá sepamos más de nuestras «enfermedades» y seamos capaces de llegar o de ser llevados delante de Jesús.
Un abrazo fraterno
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