Le reprochaban (Hechos 11, 1-18)
La lectura de Hechos de hoy presenta algo totalmente irreal: parte de una Iglesia reprochando lo que otra parte decide hacer. Por supuesto, es ironía. Es curioso que tantos años después sigamos viviendo en el seno de la Iglesia enfrentamientos y cuestionamientos sobre las maneras, las formas, las intenciones… de «los otros». Creo que demasiadas veces y demasiadas personas se creen en posesión de la verdad absoluta.
Pero hay un detalle que me llama mucho la atención: no es que Pedro sea un valiente, un transgresor, un aventurero… No es iniciativa suya, ni una ocurrencia personal. No es que Pedro quiera romper con ninguna tradición ni quiera separarse del sentir de sus hermanos… ¡No! Pedro responde a la llamada del Espíritu que le empuja a caminar hacia esas personas, que le invita a tender puentes, que le ayuda a visitar sus casas… Por tanto, la clave radica ahí. Y es una clave difícil de juzgar. ¿Quién decide si la acción de una persona brota de su ingenio personal o es fruto del Espíritu? Tal vez sea imposible determinarlo al comienzo.
Y el final es también iluminador: una vez Pedro explica su proceso, sus razones y comparte en comunidad su experiencia… la comunidad ve la mano de Dios en sus acciones y se alegra de esa novedad. Se acabó el reproche. Se acabó la guerra.
Creo que deberíamos leer esta Palabra muchas veces…
Un abrazo fraterno
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