Lo hemos dejado todo (Marcos 10,28-31)
Dejar. Es un verbo que me provoca inseguridad y ciertos sentimientos «negativos». Abandonar lo conocido me da cierto miedo pese a haberlo hecho muchas veces en mi vida. En el ámbito laboral especialmente. Y digo esto hoy porque hace unas horas nos han convocado para anunciarnos que nuestro manager abandona la compañía. Se ciernen tiempos oscuros y llenos de incertidumbre dado ya el maltrecho estado en el que se encuentra el equipo. Y además un jefe siempre es, en cierta manera, un «padre de todos». ¿Qué vendrá ahora? ¿Debo dar un paso adelante? ¿Debo esperar?
Yo siempre miro el presente y el futuro con optimismo pero me agobia dudar sobre la conveniencia o no de plantearme posibilidades. El Evangelio de hoy no me aporta nada «espiritual» pero sí me pone enfrente de esa realidad que es «el dejar» tan necesaria a veces para crecer y construir.
Un abrazo fraterno
Te acompaño en la incertidumbre… tiempos de saber permanecer a la sombra y también de saber cuando actuar. Me siento en cierta forma igual que tú. Hoy hago de tu oración la mía.
Un beso