Luego sígueme (Marcos 10,17-27)
Esta lectura del joven rico siempre me ha generado mucha inquietud. Yo no quiero ser ese joven rico que se marcha triste tras hablar con el Maestro, incapaz de seguirle, incapaz de dejarlo todo por Él. ¡Qué exigente yo con ese joven rico!
Esta semana, el viernes concretamente, tuve una converscaión con alguien que me decía eso: JESÚS EN EL CENTRO. ¿Cuál es el centro? ¿Qué es lo primero? ¿Cuál es el eje alrededor del cual gira todo?
Jesús me pide entero. Jesús me pide todo. Jesús no quiere reservas, no quiere medianías, no quiere mediastintas, no quiere «síperoahorano»… Y tal vez yo tenga que revisar ciertos aspectos… ¡Vamos allá!
Un abrazo fraterno
Tenemos muchas riquezas y no siempre monetarias. Esas también son las que tenemos que regalar, dar y compartir con los mas necesitados. La alegría, la compasión, una sonrisa a tiempo, la palabra adecuada, nuestros talentos, todo son riquezas que tenemos que dar gratis como gratis las recibimos.