Luego sígueme (Mc 10, 17-27)
¡Qué importante es la palabra «luego» en este Evangelio! Al menos para mi…
Sólo es posible seguir a Jesús, ponerse en camino con Él, después de haber hecho un ejercicio de liberación. Sólo se puede seguir a Jesús desde la libertad. Si no hay libertad, difícil es el seguimiento. Jesús nos quiere enteros, completos, disponibles… Al rico le pide que abandone sus riquezas, ¿y a mi?
¿Qué es lo que me priva de mi libertad? Mis miedos, mis seguridades en esta sociedad del bienestar, mis estudios inacabados. Ahí tengo que actuar antes del definitivo empujón en mi seguimiento. Recibido, Padre. Mensaje recibido. ¡Cuánto me inmovilizan estas ataduras!
Un abrazo fraterno
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