MARTES SANTO: En ti, Señor, he puesto mi esperanza
Esta semana es la ideal para mirar la vida de uno y ver lo que se ha complicado todo por tomar determinadas opciones, por apostar por determinados valores. Iba hoy en el coche y el día era espléndido. Buena temperatura y sol de tarde primaveral en Madrid. Llevaba puesto en el coche un poquito de bachata que me contagió rápidamente la alegría y la chispa para «irme creciendo». Esther y los niños se habían ido a la sierra por la mañana y yo me quedé para trabajar y luego ir a la comunidad. Pude ir al centro de Madrid a comprar algún libro y tomarme algo para merendar y pasear un poquito… En fin… que me venía a la cabeza lo bien y cómodo que se vivía así, las ganas que tenía de irme alguna noche a bailar, la de cosas que aún me quedaban por «quemar» en mi joven adultez…
El matrimonio no siempre es sencillo. El amor por otra persona trae también complicaciones, ataduras, obligaciones para con otro… Hay etapas de subida maravillosas y etapas de estancamiento en las que hay que poner toda la carne en el asador y todas las energías y consciencia posible en el proyecto común.
Cuando ya parecía que Inés y Álvaro se hacían mayores ha llegado Juan que es una alegría que ha vuelto a traer complicaciones. Geniales complicaciones sí pero complicaciones al fin…
No estamos en un buen momento laboral. Mi empresa no es de las más tocadas pero el equipo está atravesando momentos de cambio, susceptibilidades a flor de piel, pérdida de rumbo y autoridad… No hay ganas vamos… Y para más INRI, Esther en el paro…
Y además está todo en lo que me he ido complicando la vida: la vida comunitaria, el compromiso en el cole, el AMPA, los blogs, los estudios inacabados…
Y aún por encima la sensación de que hay mucho por hacer, mucha oscuridad que alumbrar, mucha misión que afrontar… No sé si alguien me entiende…
Sin duda, esta Pasión de Jesús no es más que parte del camino al que uno se ve abocado siempre si decide no acomodarse, dejarse llevar y vender su conciencia y valores al diablo del sistema. Hoy pongo delante del Señor todo ésto y oro con el salmo: EN TI, SEÑOR, HE PUESTO MI ESPERANZA.
Un abrazo fraterno
Una amiga hace unos días, decía esto por Facebook…
«Me gusta la gente que vibra, que no hay que empujarla, que no hay que decirle que haga las cosas, sino que sabe lo que hay que hacer y que lo hace. La gente que cultiva sus sueños hasta que esos sueños se apoderan de su propia realidad. Me gusta la gente con capacidad para asumir las consecuencias de sus acciones, la gente que arriesga lo cierto por lo incierto para ir detrás de un sueño…»
Nos gustas así. Y a Dios también, seguro.
Un beso