Me presento ante Ti. No hay más. (Lucas 11, 29-32)
Hoy no soy capaz de sacar nada de las lecturas. Es lo que tiene. Hay días en los que sólo puedo presentarme ante el Señor y decirle: «Señor, hoy, que tu Palabra nada me dice, me presento ante Ti humilde, necesitado de ti y de tu Amor».
No hay mucho más. No me preocupa. En una relación de amor, estas cosas suceden. Hay momentos en los que lo mejor es el silencio, lo mejor y el mayor signo de compromiso. Hablamos tantas veces sin saber de qué…
Mañana será otro día.
Un abrazo fraterno
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