Mensaje de Navidad

Hoy es Navidad. Ayer lo fue también. Mañana lo será.

Es Navidad porque Dios nace, porque decide mostrarse a través de la carne, de un cuerpo humano. Es Navidad porque hay una Buena Noticia que transmitir, la misma que el ángel anunció a los pastores: «Alegraos porque os ha nacido un Salvador».

Es Navidad porque cada día, en alguna parte del mundo, el Espíritu sigue soplando vida y porque sigue habiendo personas dispuestas a dar un SÍ, hombres y mujeres que, con sus miedos y sin entender demasiado, deciden embarcarse en proyectos de Dios. Es Navidad porque las comodidades y las certezas siguen sin ser impedimento para algunos que deciden atravesar desiertos y tierras áridas con tal de descubrir dónde nace la Verdad. Es Navidad porque sigue habiendo ángeles portadores de buenas nuevas, mensajeros de alegría y esperanza entre los más desfavorecidos y pobres. Es Navidad porque sigue habiendo personas insignificantes en nuestro gran aparato social pero que, a la vez, son los elegidos de Dios. Su escasez y su pobreza no les impiden dejarlo todo para ir a mirar, cuidar y arropar a ese Dios que los dignifica y que los ama.

Y sí, es Navidad pese a todo lo malo que existe en el mundo. Pese a los Herodes que siguen reinando y gobernando, pese al hambre y la enfermedad, pese a los que viven en la opulencia, pese a las equivocaciones de la Iglesia y los desatinos de creyentes y no creyentes, pese a la injusticia. Es Navidad porque sin hacer mucho ruído Dios sigue haciéndose presente en lo pequeño y, sin obligar a nadie, nos propone otra manera de construir el mundo.

Y contra eso, nada se puede.

¡Feliz Navidad!