MR 28
Éramos cinco apasionados de la vida cantando a toda voz en aquel ford fiesta del padre de Julia. Cinco locos del mundo y de la gente. Cinco enamorados de la música y del azul del cielo. Cinco soñadores haciendo kilómetros hacia no se sabía muy bien donde.
El campo era verde intenso y el contraste con el azul del mar al fondo del horizonte hacían del entorno el escaparate perfecto para disfrutar como nunca lo habíamos hecho.
Era la primera vez que salíamos un fin de semana sin padres. Y lo íbamos a aprovechar…
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