MR 34
Me encantaba tener que elegir cada día la canción con la que despertaros. La buscaba minuciosamente la noche anterior y cuando el reloj marcaba las 8 en punto de la mañana, yo apretaba el botón de play y me apoyaba contra la pared pensando la cara que pondriais al empezar el día.
Enseguida empezaban a oirse puertas, pasos hacia los baños, voces, saludos y gritos. 24 horas por delante para descubrir que la vida se nos volvía regalar. Y eso… había que aprovecharlo.
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